Caen en picada los alquileres
Sólo se concretó el 50% de los contratos; en la zona núcleo, los valores cayeron hasta 15% y en las áreas marginales no hay operaciones.
Sólo se concretó el 50% de los contratos en zonas cotizadas; los valores bajaron un 15%.
Estamos en un momento de encrucijada. Venimos de una buena cosecha (en general) que nos deja confundidos por tantas amenazas y conflictos.
En una situación normal, deberíamos estar festejando y con el interior pujante. Pero se combina una presión impositiva confiscatoria, una inflación descontrolada y en manos de gremios que a veces se confunden con mafias.
Sólo para el pago de cosecha y fletes se va entre un 30 a un 45 por ciento, dependiendo de la distancia.
El que hizo silobolsa no escapa a este futuro, con el agravante del peligro de roturas recientemente vistas que llevan a un quebranto mayor.
La producción se hace en un 70% bajo la forma de alquiler. De perogrullo, pero hay que decirlo, el inversor busca rentabilidad, caso contrario se retira.
Las ofertas de alquileres están en un espectro de caída del 30% en las mejores zonas, sin pago y a riesgo en zonas intermedias y en retirada en las áreas marginales.
Los propietarios de tierra tienen un panorama oscuro. Entre el impuesto a los Ingresos Brutos (6%), inmobiliario, tasa vial, al cheque, gastos bancarios y ganancias, su ingreso va a ser cercano a cero.
La siembra de maíz se torna inviable, más allá de la rentabilidad que prometa. Los costos de encarar este cultivo superan en $ 3000 por hectárea a la soja más impuestos. No hay financiamiento ni dinero para hacer esto. Cada hectárea menos de maíz incidirá en menos fletes, mayores costos en comida para chanchos, pollos, feed lots, etcétera.
Para estas decisiones ni siquiera es determinante el resultado del año que viene, el objetivo es pasar este. El próximo se verá.
La estrategia es gastar lo menos posible y ver qué pasa. Ni siquiera es tentador tener la certeza de una quita de retenciones a este cultivo. El tema es sencillo: se terminó la plata.
El sector de empresas multinacionales de insumos y semillas está haciendo ruido también. Peligran miles de puestos de trabajo. Las decisiones acá, son más fáciles. Despiden y esperan. Claramente se traduce en un freno más a la economía del interior. Y el sufrimiento de muchas familias.
Este panorama no se agota esta campaña ya que el efecto inercia seguirá durante el 2016. Traducido en menos fletes, menos cosecha y mayor pobreza en el interior. Pareciera que el Gobierno tiene una estrategia de guerra, dejar arrasados los campos para los que los precedan. Sin importarles la gente.
Como contrapartida tenemos el sector ganadero que aguanta bien. Con precios que acompañan la inflación. Una población ganadera diezmada por las políticas públicas de este gobierno que ajustó el stock de supervivencia. Pareciera
Los propietarios de tierra tienen un panorama oscuro, con ingresos en cero
que hay un mejor horizonte por lo que una retención marginal ayuda a que siga siendo rentable. Eso sí, con poco capital no se llega a generar un crecimiento vigoroso.
Seguramente se empiece a mover el sector inmobiliario, con valores en caída, desde ya. Acá hay oportunistas que hacen e hicieron mucha plata. Todos los conocemos, salen en los diarios todos los días. Las políticas de blanqueo, cedines y seguramente otros vericuetos harán que para ellos la fiesta continúe.
Sin embargo, estamos condenados al éxito. Aunque en la Argentina la justicia es muy lenta y las condenas rara vez se hacen efectivas.