Cambios visuales y prioridades informativas
La historia de los noticieros televisivos es, por encima de todo, la historia de su evolución formal. como ocurre en cada uno de los géneros básicos de la TV, aquí la materia prima no cambia. la noticia como tal resulta inalterable y lo único abierto a la innovación es el modo en que se presenta en la pantalla.
pero hasta esa premisa se puede poner en cuestionamiento a partir de la flamante renovación visual y artística que acaba de experimentar Telenoche, uno de los dos informativos más longevos de la argentina. nació en 1966 (dos años después que Noticiero 13), con un claro espíritu de revista informativa y se sometió en estas cinco décadas a innumerables cambios. como todos.
la primera gran novedad es escenográfica. En este sentido, hay que agradecer por fin el abandono de la frialdad de los diseños grises y metalizados, y su reemplazo por diseños y colores (ocres, marrones) mucho más amigables . Junto a esta modificación llegaron para quedarse varios recursos visuales de fuste (gigantescas pantallas, una de ellas en forma de cubo) que, por un lado, fortalecen el lenguaje televisivo y, por el otro, refuerzan un inconveniente que para la mayoría de los informativos locales resulta una virtud: la excesiva síntesis.
a algunos podría resultarles atractivo un informe de casi media hora sobre el “chip sexual” y sus derivaciones. a otros, en cambio, seguramente, les agradaría dedicar algo de ese tiempo a algunas de las noticias reducidas a la mínima expresión en ese “compacto”, sobre todo, las que provienen de la agenda internacional.
la noticia como materia prima no cambia. lo que se puede alterar es todo lo demás: el marco y las prioridades informativas.