Las malezas entran en la campaña
De cara al inicio de la campaña agrícola 15/16, las empresas agrícolas tienen por delante un nuevo y complejo desafío, que es abordar la problemática que genera la aparición de malezas con resistencia al glifosato.
La solución a este creciente problema no puede pensarse solamente por la decisión mágica de usar un herbicida o principio activo determinado, sino que requiere de un abordaje mucho más integral, en el que participen el conocimiento de la fenología y el ciclo de vida de las malezas en cuestión, el uso estratégico de distintos principios activos que combinen modos y sitios de acción diferentes sobre estas malezas, la rotación de cultivos que permitan no sólo cortar los ciclos de las malezas, sino disminuir su impacto competitivo y el manejo agronómico que integra todos los conceptos anteriores.
La situación actual de los precios agrícolas atenta contra la decisión de las empresas de realizar un control adecuado de las malezas resistentes a través de un manejo integrado. La decisión menos apropiada para el logro de este objetivo es el monocultivo de soja de primera.
Debido a esto, la decisión en la rotación de cultivos no sólo pasa a ser una decisión de tipo económico-financiera, sino también técnica de mediano plazo. Si no tomamos verdadera conciencia de la gravedad de esta situación, las soluciones serán cada vez más complejas y con resultados erráticos y no deseados, llegando incluso en algunas situaciones puntuales a tomar decisiones drásticas como el abandono de la siembra directa y volver a la labranza convencional. Esta decisión provocaría daños sobre el sistema productivo.