Un nuevo trotskismo para la ciudad
18 de septiembre de 2006. Myriam Bregman esperaba que Julio López, un jubilado que había sido detenido clandestinamente durante la última dictadura, llegara hasta los Tribunales para declarar en el juicio contra el genocida Miguel Etchecolatz. Pronto sospechó del retraso del testigo. Llamó a sus familiares, después lo fue a buscar en auto. Una hora después denunciaron la desaparición de López. “Fue un golpe durísimo, un punto de inflexión para ella, pero en lugar de retraerse pisó el acelerador”, recordó un dirigente que la conoce desde hace 20 años. Por eso días, Bregman se movía con un compañero que oficiaba de guardaespaldas, había rechazado la custodia oficial del Estado.
Abogada trotskista, 42 años, Bregman está en la cúspide de su carrera política. Su trayectoria se fortaleció con su rol de querellante en causas por delitos de lesa humanidad. También defendió a trabajadores en conflictos como los de Kraft o Lear. Fue la primera en denunciar el Proyecto X, el espionaje ilegal practicado por Gendarmería, cuando descubrió a infiltrados de la fuerza de seguridad en las comisiones internas que conducía la izquierda.
Se emociona al recordar su asunción como diputada nacional, hace menos de un mes. “Me sorprendió porque fue gente que no esperaba. Había muchísimos representantes de la lucha por los derechos humanos”, dijo a la nacion la candidata a jefa de gobierno porteño por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT). Es el primer cargo público para “La Rusa”, como le dicen sus compañeros, pero se ilusiona con más. Sueña con ganar en agosto la interna dentro del FIT y consolidarse como candidata a vicepresidenta.
Lo Positivo Aprovechó ser la única candidata mujer a jefa de gobierno. Presentó una serie de propuestas sobre género
Lo Negativo La pelea interna entre el Partido Obrero (PO) y el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS)
La frase “La ciudad Pro está pensada desde el lucro empresarial. Donde hay una necesidad, Macri ve un negocio”