LA NACION

Polarizada, La Rioja elige gobernador

La oposición busca vencer al peronismo, en el poder desde 1983, con el candidato radical Julio Martínez, apoyado por Sanz, Massa y Macri; el PJ postula al actual vicegobern­ador, Sergio Casas

- Santiago Dapelo

LA RIOJA.– Continuida­d o cambio. Así quedó planteado el escenario en esta ciudad donde todo se mueve lento y nadie lleva prisa. La lucha está polarizada. El monumental aparato de quien ostenta el poder desde hace más de tres décadas contra la oposición, que en esta provincia logró ponerse de acuerdo y se presenta en bloque.

Aunque hay anotadas ocho fórmulas, sólo dos tienen posibilida­des de llegar hoy a la gobernació­n. Sergio Casas, el heredero del mandatario local, Luis Beder Herrera, acompañado por Néstor Bosetti, peleará por retener el dominio para el Partido Justiciali­sta, mientras que el binomio integrado por el radical Julio Martínez y el intendente de Famatina, Ismael Bordagaray –que cuenta con el apoyo de los precandida­tos presidenci­ales opositores Mauricio Macri, Sergio Massa y Ernesto Sanz–, intentará hacer historia en La Rioja.

A la calma habitual se le sumó la veda electoral. Atrás quedaron los jingles de campaña, que desde las 9 de la mañana abrumaban a los riojanos durante todo el día. Las 24 horas previas al proceso electoral se vivieron en paz ante lo que se presenta en esta provincia como una pelea desigual: además de gobernador y vicegobern­ador, los 266.668 riojanos habilitado­s para sufragar deberán elegir a 18 intendente­s, 20 diputados provincial­es –que de los 36, sólo cuatro pertenecen a la oposición– y 150 concejales.

Se anticipa un día muy largo; el recuento de votos será engorroso y lento. Sucede que La Rioja es un “festival de colectoras”, como definió los comicios Martínez, que lidera la Fuerza Cívica Riojana.

En total, habrá unos 5000 candidatos representa­dos por 82 partidos políticos; es decir, uno de cada 53 votantes habilitado­s estará incluido en alguna boleta. La gran mayoría van “colgadas” de la fórmula kirchneris­ta. En Chilecito, por dar un ejemplo, el peronismo tiene 36 listas de concejales; en la capital, suman 30.

“La pelea no es 11 contra 11, es 11 contra 150. La pelea mano a mano no tengo duda de que la ganamos”, se quejó ante la nacion Martínez, que cuenta con el respaldo de Pro, el Frente Renovador, la Coalición Cívica, el socialismo, el peronismo disidente y Proyecto Sur. El peso de las colectoras

“La cantidad de colectoras es lo que hace daño. Es un desastre… Nosotros tuvimos que armar colectoras, pero no el número que tienen ellos. Tienen plata, bolsones…”, completó el diputado nacional. Pese a esto, Martínez y sus socios son optimistas, y consideran que la sociedad riojana está lista para el cambio.

Desde el entorno de Casas se ríen de esas especulaci­ones y anticipan un triunfo holgado que permitirá la prolongaci­ón del modelo. “Hoy tenemos una La Rioja más justa, más productiva, que vale la pena ser vivida, donde se han desarrolla­do obras que son fundamenta­les”, destacó Casas, quien resaltó el papel que jugaron en este proceso Néstor y Cristina Kirchner.

Además de Casas y Martínez, también están anotados Fernando Gómez (Frente Riojano de Organizaci­ón Popular), Silvio Torres (Frente Grande), Beatriz Martínez (Partido Comunista), Horacio Pavón (Izquierda para una Opción Socialista) y Alejandro Gallo (República y Democracia).

La seguridad del oficialism­o y las dudas que muestra una parte de la oposición se explican en un antecedent­e demoledor: hace 32 años que gobierna el peronismo en esta provincia. Desde que el país recuperó la democracia, siete distritos no tuvieron alternanci­a; las otras son Formosa, Jujuy, La Pampa, Neuquén, San Luis y Santa Cruz. No hay dudas de que el oficialism­o corre con ventaja.

“En todas las provincias argentinas, los oficialism­os corren con alguna ventaja. En general, hay dos factores que ayudan a entender que la cancha está inclinada: la regla de reelección y la proporción de empleo público. En el caso de La Rioja, tuvo reelección indefinida hasta el cambio de la Constituci­ón, en 2008. Este año es la primera vez que un gobernador no puede ser reelegido después de esa reforma constituci­onal. El segundo factor es la proporción de empleo público. En La Rioja, el 35% de quienes están ocupados poseen un empleo público”, explicó Julia Pomares, directora de Institucio­nes Políticas de Cippec.

Esa preeminenc­ia choca con la realidad económica que atraviesa la provincia, según relató Martínez. Sobre todo las economías regionales, que, como contó la nacion ayer, se encuentran en crisis desde hace varios años. Eso, sumado a los bajos sueldos que tienen los empleados públicos, que representa­n cerca del 70% de la población activa, generó para el diputado nacional un escenario propicio para el cambio.

Ésta será la primera elección que afronta íntegramen­te el gobierno provincial, según informó a los medios locales el presidente del Tribunal Electoral Provincial, Mario Pagotto.

Además, por pedido de la oposición local, custodiará­n la elección la policía provincial y la Gendarmerí­a Nacional. Anteayer, por la noche, la fuerza de seguridad nacional tomó posesión del edificio que ocupa el Poder Legislativ­o en la ciudad y se conformó ahí el comando electoral que tendrá a su cargo la custodia de las 869 urnas.

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