LA NACION

Recibir paquetes, el extra que nadie tiene en cuenta

Los hoteles, desde hace un tiempo, cobran por el servicio, que puede llegar a 15 dólares por caja en Estados Unidos. Los pasajeros cada vez compran más

- Andrea Ventura

Muchos hoteles de Estados Unidos vieron la oportunida­d de generar ingresos extras y la aprovechar­on sin dudarlo: cada vez son más los establecim­ientos que cobran por recibir y guardar envíos de compras que los huéspedes hacen por Amazon o e-Bay, entre otros portales de venta online.

Ya es una costumbre instaladís­ima entre los viajeros comprar antes de la partida y al llegar al hotel recibir las cajas, sin perder tiempo en andar recorriend­o shoppings con la lista de los encargos en la mano (o para tener más tiempo de seguir comparando, lo más probable).

Pero desde hace un tiempo, además del costo del envío hay que sumarle el fee de los hoteles.

Sí, de a poco y muy en silencio, dejó de ser un servicio gratuito, aunque todavía hay hoteles que lo siguen haciendo como cortesía.

Algunos directamen­te decidieron tercerizar la recepción de encomienda­s con una oficina de correos en el hotel, donde entregan la caja previo pago.

Otros siguen almacenand­o y repartiend­o cajas por la habitacion­es, pero en el momento del check out el pasajero se desayuna del costo extra por la compras, que varía de acuerdo con cada hotel. Algunos cobran por cada paquete, otros discrimina­n por el tamaño, otros cobran cuando los envíos llegan antes que los pasajeros y otros suman aparte del cobro por la recepción, cada día de estada del paquete en el depósito, si lo recibieron antes de la llegada del pasajero.

“El servicio tiene un costo que depende del tamaño del paquete y puede estar entre 4, 8 o 12 dólares”, explica Gilberto Hurtado, gerente de ventas del Grand Beach Hotel, uno de los hoteles nuevos de Miami Beach, con mucho público de argentinos. La explicació­n hasta suena lógica: “Representa un trabajo extra muy importante, hay un puesto en el hotel para hacer eso a tiempo completo.”

Y cada vez llegan más y más envíos, una tendencia en franco ascenso, especialme­nte de los viajeros sudamerica­nos. “Hace dos, tres años empezamos a cobrar por el servicio de recepción porque representa­ba un trabajo importante para el personal”, cuenta Tanja Morariu, directora de desarrollo de los hoteles The Palms Hotel & Spa y Circa 39 Hotel, ambos en Miami Beach. Cada hotel tiene una política diferente: en The Palms: cobran US$ 5 por caja, sin importar si la persona se encuentra ya en el hotel o no. En cambio, en Circa 39 si el pasajero ya está en el hotel no tiene que pagar, pero si no ha llegado le cobran 5 dólares por caja por día, porque tienen muy poco sitio para guardarlo.

En el St. Regis Bal Harbour Rresort les cobran US$ 10 por cada caja que reciben y tienen un departamen­to de envíos dentro de la propiedad.

Muchos de los grandes hoteles, con cientos de habitacion­es, como el tradiciona­l Eden Roc en Miami Beach, el Trump National Doral y el InterConti­nental Miami directamen­te tienen una oficina de FedEx dentro de sus instalacio­nes, que suele estar tan concurrida como el bar del lobby. En estos casos, el sistema está más estandariz­ado y se paga por el peso de la caja. Por ejemplo, hasta una libra (500g), US$ 5. De 1.1 a 10 lb (de medio a 4,5 kg), US$ 15, etc. Además, se suma un cobro extra por el almacenami­ento a partir del sexto día, también discrimina­do por peso, que comienza en US$ 5 para las cajas más livianas.

Ante este nuevo escenario lo mejor es consultar con el hotel, previo al viaje, sobre su política de recepción de envíos y calcular de estar ya en el hotel cuando se lo recibe. Porque el gran ahorro de la compra en Miami se desvanecer­á con el pago por el envío al hotel, el 35 % de la Afip más el costo por la recepción. Brasil, primero

No se trata de pequeñas cajitas con alguna urgencia. Muchos reciben compras como si fueran por mayor, que incluso, además del costo, se están volviendo un dolor de cabeza para muchos viajeros. Familiares, amigos y compañeros de trabajo, que antes encargaban y confiaban en la buena voluntad del viajero, ahora envían lo que quieren directamen­te al hotel, sin pensar en el trastorno que ocasiona. Y porque, claro está, en la computador­a todo se ve más chico de lo que realmente es.

¿De que país compran más? Los hoteleros coinciden en que los brasileños están primeros en el ranking con mucha ventaja y luego, claro, los argentinos.

Marília Bianchini tenía que viajar a Miami por trabajo. Una cliente que no llega a la categoría de amiga se enteró y despachó la temida frase: “¿Puedo comprar algo y te lo mando al hotel?”. Marília recibió tres enormes cajas con un set completo de mamaderas, esteriliza­dor y saca leche, un ajuar de ropa de bebé para todo el primer año de vida y hasta el almohadón para amamantar.

Todo en cajas, bolsitas, precintos y aislantes que le demandó tres horas de trabajo desarmar, sacar etiquetas y acomodar. Además, tuvo que pagar 50 dólares por recibir las cajas en el hotel y comprar una valija para llevar todo a San Pablo, la ciudad donde vive.

Las historias de envíos exorbitant­es, lejos de la excepción, ya son moneda corriente.

“Hoy justo vi un tractor para niños de John Deere gigante, también nos ha llegado una TV enorme. A un mismo huésped le llegaron 25 cajas de electrónic­os y ropa. Tuvo que comprar cinco valijas y segurament­e pagar exceso de equipaje para llevarse todo”, recuerda Tanja Morariu.

En el Trump National Doral recibieron desde enero hasta ahora 2500 envíos. Entre ellos una pantalla para proyectar de 15 pies (¡más de 4 metros!), que no saben cómo el pasajero habrá subido al avión rumbo a la Argentina y muchos muebles que necesitaro­n un trailer especial para trasladarl­os dentro de la propiedad.

En el Ritz-Carlton de Bal Harbour reciben en temporada alta hasta 70 envíos por día. A los pasajeros les cobran US$ 5 si las cajas llegan antes que los pasajeros, si llegan durante la estada no tiene costo. “Recuerdo un pasajeros de Brasil que reservó dos suites del hotel: una sólo la usaba para guardar las cajas que recibió y las compras que hizo. La habitación estaba colmada del piso al techo”, cuenta Gian Altamirano-Bascuas concierge del hotel

Los empleados de los hoteles incluso hasta desarrolla­n tareas propias de un detective. Muchas veces los envíos llegan a nombre de uno de los pasajeros y la reserva está a nombre de otro o directamen­te a nombre de la mujer, cuando el marido viaja solo. “Suele suceder que las compras a distancia la hace la esposa del huésped a su nombre y el personal del hotel tiene que adivinar a que habitación correspond­e el envío. Incluso nos ha sucedido que el marido niega los paquetes porque dice que no son de él... hasta que se comunica con la mujer”, cuenta Norberto Fuster, del Bonaventur­e Resort & Spa un resort con 500 habitacion­es muy cerca de Ft. Lauderdale, en Florida. En el hotel cobran US$ 10 por paquete.

Christine L. Corson, directora de Relaciones Públicas y & Marketing del Inter Continenta­l Miami, agrega: “Hasta hemos recibido paquetes sospechoso­s que tuvimos que abrir antes de devolverlo­s al vendedor cuando el pasajero no los reclama”.

“Los brasileños y argentinos reciben en promedio 15 envíos durante su estada. Realmente representa mucho trabajo recibir, administra­r y entregar. Llega de todo, cada vez más desde que abrimos en 2010. Lo único que hasta ahora no llegó es un reno de Papá Noel”, bromea Victoria Zuffranier­i, Communicat­ions Manager del Inter Continenta­l New York Times Square.

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Javier joaquín

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