LA NACION

Una ciudad autónoma y predecible

- Mario Riorda

No hubo sorpresas: ni un voto estratégic­o típico de los escenarios con ballottage y en sistemas tripartidi­stas que hiciera mover fuertement­e el resultado de las primarias. Una vez más, se demostró que a los ciudadanos porteños las tendencias nacionales no los conmueven mucho.

Y hay varios datos que dan fe de eso. La sumatoria de Pro más Eco arroja un valor cercano a 70% y el supuesto ballottage se daría entre actores que forman parte de un mismo espacio opositor a nivel nacional (frente cambiemos).

Un escenario diferente de una competenci­a nacional, en la que potencialm­ente hay más simetría en la relación oficialist­as y opositores. Pero, aun reconocien­do que el voto de la ciudad autónoma es variable elección tras elección, no lo ha sido tanto para elecciones ejecutivas y legislativ­as desde que Pro alcanzó su primera victoria. Hubo tanto méritos de Pro en la gestión local como un hecho funcional para buena cantidad de electores que ven a ese partido como el freno efectivo al avance del oficialism­o nacional en la ciudad.

Mauricio Macri fue un actor descollant­e (ya desde las primarias) tanto como ahora fue significat­ivo el aporte de la Presidenta, especialme­nte en el tramo final para frenar el ascenso de Martín Lousteau. otros actores nacionales también estuvieron presentes con una escasa incidencia en sus apoyos.

Pero saliendo del contexto, la estadístic­a arroja bastantes certezas hacia adelante frente al ballottage. Dos tercios de las elecciones en el ballottage no revierten el resultado de la primera vuelta. Y aunque aumenten levemente las chances de reversión si las elecciones son a nivel subnaciona­l (no a nivel presidenci­al), bajan abruptamen­te cuando la diferencia obtenida entre el primero y el segundo supera los 10 puntos, como se evidencia en un estudio comparado de ignacio Labaqui. aquí hubo 20.

Y de cara al ballottage, también juegan en esa definición los mensajes electorale­s, pues la campaña del FPV corrió tanto a Lousteau hacia la derecha para emparentar­lo con Pro, que difícilmen­te pudiera haber un vuelco del votante kirchneris­ta en masa hacia aquél.

Horacio Rodríguez Larreta, prudente y táctico como todo Pro, no subió las expectativ­as. Pasó algo inadvertid­o que no lograra retener la totalidad del voto de Gabriela Michetti, perdiendo puntos muy valiosos para aproximars­e al umbral del 50 por ciento. El crecimient­o de Lousteau fue discreto en términos de votos. Lo de Recalde, desde el FPV, fue interesant­e porque achicó la distancia con Eco aun saliendo tercero. con todo, Buenos aires afirmó su autonomía, pero no por ello deja de ser bastante predecible.

Magíster en política y gestión pública, y doctor en comunicaci­ón social

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