Festejo con un mensaje de alcance nacional
“Estamos haciendo historia”, dijo el candidato ganador de Pro que irá a segunda vuelta; el jefe de gobierno porteño lanzó críticas al kirchnerismo de cara a octubre
Como una película vista hasta el cansancio, aunque con menos euforia, se repitieron los globos, la música de Tan Biónica, el papel picado y el baile desenfrenado de Mauricio Macri con su hija Antonia sobre sus hombros, mientras sus principales dirigentes saltaban y se abrazaban en el colmado salón de Costa Salguero.
Al igual que en las internas del 26 de abril, Horacio Rodríguez Larreta se impuso ayer con comodidad sobre sus rivales de ECO y el kirchnerismo y quedó a un paso de suceder a Mauricio Macri en la jefatura de gobierno, un triunfo contundente que afianzó el dominio de una década de Pro sobre el distrito y alimentó aún más los sueños presidenciales del jefe de gobierno.
Ese paso, obligado por no llegar el jefe de gabinete al 50 por ciento de los votos, se dará el próximo domingo 19 contra Martín Lousteau, quien a pesar de los rumores ratificó anoche que se presentará a la segunda vuelta electoral.
“Estamos haciendo historia, que para nosotros es siempre mirar hacia adelante”, dijo Larreta minutos antes de las 21. Con el 80 por ciento de los votos escrutados, su triunfo por más de veinte puntos (45,5 contra 25,6) sobre Lousteau y 25 sobre Recalde era una realidad, al igual que la certeza de que, de no mediar un renunciamiento por parte de Lousteau, habrá que repetir “el esfuerzo” dentro de dos semanas. “Qué lindo es estar festejando de vuelta”, dijo Larreta ante la multitud y rodeado de ministros, minutos antes de que Macri hablara, durante doce minutos, y le diera dimensión nacional a la victoria.
“(El triunfo) es un mensaje claro de confianza en lo que venimos haciendo”, dijo después Macri. “Ellos instalaron que ya ganaron, pero el poder lo tiene cada uno de ustedes con su voto”, expresó el jefe de gobierno porteño y candidato presidencial de Pro. Luego calificó al Gobierno como “el pasado, los que gobernaron 25 años, prometieron y cumplieron muy poco”.
No por previsible el triunfo de Larreta se festejó menos en el búnker macrista. Pero también era visible cierto desencanto por tener que postergar el festejo definitivo –que en el macrismo daban por descontado– dentro de dos semanas. “Éste es un triunfo histórico”, se entusiasmaba Fernando de Andreis, jefe de campaña de Larreta, alrededor de las 18. En ese momento, las especulaciones eran otras: se preveía que Pro podía alcanzar el 49 por ciento de los sufragios y con ello forzar a Lousteau a dar un paso al costado de cara al ballottage. “Nunca nadie perdió una segunda vuelta después de sacar veinte puntos de ventaja. Nos vemos en el ballottage”, dijo a la nacion el compañero de fórmula de Larreta, Diego Santilli, luego de la conferencia de prensa posterior al festejo en el escenario.
Consultado sobre el asunto, Larreta fue enfático. “Empezamos a trabajar desde mañana a la mañana para seguir llevando nuestro mensaje a los vecinos”, dijo el ganador de las elecciones de ayer.
Con el triunfo porteño en mano, desde Pro afirmaron que la “lectura nacional” de la jornada es muy positiva. “El FPV perdió en tres de las cinco provincias”, afirmó el ministro de Gobierno, Emilio Monzó, contabilizando las elecciones de la ciudad, Córdoba y La Pampa. Nada dijo de La Rioja, adonde debió viajar de urgencia enviado por el propio Macri para seguir de cerca el enmarañado escrutinio (ver aparte).
El clima de optimismo de Larreta y del propio Macri se dio desde el inicio de la jornada. El jefe de gabinete, muy temprano, compartió un desayuno con periodistas en el café Tortoni, almorzó con su familia y hasta durmió una siesta. Antes de las 18 ya lo esperaban en el búnker y mientras chequeaban los primeros datos el predilecto consultor ecuatoriano de Pro, Jaime Durán Barba; el secretario de Gobierno, Marcos Peña; el secretario de Medios, Miguel de Godoy, y la diputada Patricia Bullrich. A las 20 llegaron Macri, el propio Larreta y Gabriela Michetti, que lució sonriente incluso cuando Macri afirmó que Larreta era el “más capacitado para conducir la ciudad”.
Macri también estaba tranquilo, aunque su preocupación, según contaron cerca de él, pasaba por el funcionamiento del nuevo sistema de boleta única electrónica para la votación, que finalmente se dio de manera normal. “Estuvo todo perfecto”, dijo Macri cuando enfrentó a las cámaras.
“Los votos son de los vecinos. Y acá hay una enorme mayoría de los vecinos que están contentos con la gestión que se ha hecho”, dijo un eufórico Macri a modo de cierre de la jornada de triunfo de Pro y en un claro mensaje electoral de cara al ballottage.