Lousteau, exultante, llamó a dar batalla
Molesto por versiones de que bajaría su candidatura, dijo que le dará pelea a su rival de Pro; sin presencias nacionales, prometió “municipalizar” la campaña
“Se confirmó la decisión de los porteños en las PASO: ECO es la segunda fuerza de la ciudad de Buenos Aires.” La frase de Martín Lousteau hizo estallar a los militantes que habían llenado el salón del segundo piso del Palais Rouge una hora antes.
La última frase del discurso fue una mezcla de advertencia y descargo. “Les decimos a todos los porteños, y también a Pro, que falta el ballottage. Prepárense, porque vamos a seguir exigiendo que cambien las prioridades”, exclamó Lousteau. “Hay que saltar, hay que saltar, para ganarle a Larreta el ballottage”, cantaban desde abajo los militantes radicales y socialistas.
El cierre elegido por Lousteau fue una síntesis del malestar que circuló en el búnker de ECO durante buena parte de la tarde con las versiones (“operaciones”, las describían cerca suyo), según las cuales Rodríguez Larreta ganaba en primera vuelta o quedaba al borde del 50% y Lousteau desistía de la segunda vuelta.
El rápido avance del escrutinio provisorio ayudó a calmar los ánimos y aflojó la ansiedad. Apenas pasadas las 18, el compañero de fórmula de Lousteau, Fernando Sánchez, y su primer candidato a legislador, Roy Cortina, avisaron que cerca de las 20 difundirían los resultados de 120 mesas testigo. No hizo falta.
Instalado en el primer piso, rodeado de sus colaboradores más cercanos y acompañado por su mujer, Carla Peterson, Lousteau escuchó los discursos de Larreta y Mariano Recalde y decidió que era momento de salir. Eran casi las 21 y, con más del 85% de las mesas escrutadas, la diferencia respecto de Pro seguía clavada en 20 puntos (45,6% contra 25,6%) y candidato del FPV conseguía 21,7%. A esa hora, el recuento provisorio de los votos para la Legislatura indicaba que ECO ocupará entre siete y ocho bancas a partir del 10 de diciembre.
En el VIP del primer piso ya circulaban las cazuelas de pollo y cordero con papas a la crema y el clima era distendido. Estaban Graciela Ocaña (rival interna de Lousteau en las PASO), los radicales Leandro Despouy, Manuel Garrido (candidato a diputado del frente Progresistas que lidera Margarita Stolbizer) y Chrystian Colombo, entre otros.
Aunque quedó muy lejos de Rodríguez Larreta, Lousteau terminó la noche conforme. Logró meterse en la segunda vuelta y desplazó al kirchnerismo de la pelea por la sucesión de Mauricio Macri, un escenario que la ciudad no vive desde 2003.
“Si no nos hacían tanta campaña sucia en las últimas dos semanas quedábamos cerca de 30 puntos, seguro”, analizaban anoche cerca de Lousteau. Hablaban de la denuncia contra el jefe de la UCR porteña, Emiliano Yacobitti, por presunto desvío de fondos de la UBA a la campaña. Y se quejaban de un tuit que Jorge Rial publicó al mediodía con la polémica foto de Lousteau con Juana Viale.
El propio Lousteau se quejó de las “operaciones obscenas” en su contra desde arriba del escenario y volvió a advertir que enfrentó “a dos Estados que pusieron todo su aparato de propaganda” al servicio de la campaña.
El de ECO fue un búnker sin presencias nacionales. Elisa Carrió, que sí había estado el domingo de las PASO, pasó el día “haciendo campaña” en La Plata y evitó aparecer por el salón de la calle Salguero, un poco para reducir la nacionalización de la campaña y otro poco para resguardar su alianza nacional con Macri. Tampoco estuvo Ernesto Sanz, que viajó a La Rioja para acompañar a Julio Martínez (ver página 16).
También Lousteau cree que en los próximos 15 días hay que “municipalizar” la campaña lo máximo posible y reforzar la polarización con Pro. Como en la campaña posterior a las PASO, evitará mostrarse con Carrió y Sanz y concentrará los dardos en el candidato de Pro.
Ya anoche todos hablaban de “la campaña que viene”. Para Lousteau el desafío es múltiple. Aunque insiste en que “los votos no tienen dueño”, aspira a conseguir buena parte de los votos de Recalde y de la izquierda. “No vamos a cambiar nuestro discurso: vamos a seguir pidiendo más debate y hablando de la necesidad de cambiar prioridades”, sintetizó, ante un grupo de periodistas.
“Voy a discutir con Pro como hasta ahora, sobre números y realidades”. Lousteau no cree que Larreta acepte un nuevo cara a cara, pero hará el intento.