LA NACION

Qué será de esta selección

“Siempre lo mismo, no puedo más”; la frase de un referente del plantel reveló cómo impactó la caída ante Chile; al DT Martino le espera un arduo trabajo; se acelera la transición, llegan revisiones y ajustes

- Martín Castilla LA NACiON

Eran los últimos instantes de la dura derrota en la final con Chile. Justo en el momento que caminaban dentro del túnel, con las miradas perdidas, buscando respuestas. Biglia lloraba, abrazado con Banega. Desconsola­do estaba Javier Mascherano, casi sin entender absolutame­nte nada. Y Lionel Messi iba sin querer mirar a nadie. En ese momento se escuchan unas pocas palabras que actúan como combustibl­e sobre la bronca. “La p… que lo p… Siempre lo mismo, no

puedo más…No puedo más.” Todos identifica­ron la voz y ninguno se dio vuelta. Una muestra de que esas frustracio­nes ocultas que van por dentro calaron hondo en la intimidad de una generación que quedó sumamente golpeada.

Cada integrante de este plantel que se conoce hace tiempo y que viene de compartir varios momentos como grupo, se había propuesto en la Copa América cerrar algunas historias cargadas de frustracio­nes y condecorar sus largas trayectori­as con una coronación que, como viene pasando hace 22 años, se postergó. El futuro de estos jugadores en la selección es uno de los interrogan­tes planteados en el escenario que dejó la derrota por penales frente a Chile. Las frases contundent­es dichas por algunos referentes así lo certifican. “No le encuentro explicació­n, quizá sea yo, esto se convirtió en una tortura”, dijo nada menos que Javier Mascherano. “Para muchos jugadores no habrá otra chance de ganar algo importante”, sentenció Ezequiel Lavezzi.

Si el jugador que más se ha encargado de cultivar en sus compañeros un sentido de pertenenci­a con el selecciona­do se muestra devastado, qué quedará para el resto. Mascherano abrió su pensamient­o, se puso en un lugar de alta responsabi­lidad por lo que pasó y se refirió a una posible salida del equipo. “Yo no puedo pensar en el futuro. No es momento de decir nada. Nos tenemos que ir de vacaciones y dejar que la cicatriz vaya cerrando y en su momento veremos qué es lo que pasa. Son demasiados duros. Venimos haciendo las cosas medianamen­te bien como para que nos pase algo así. Son golpes y en la cabeza te da vuelta: doy un paso al costado y que venga otro. Pero no es momento de tomar una decisión. Hay que sufrir y después habrá tiempo para pen- sar”, confiesa un Mascherano de 31 años, que integra esa porción del actual plantel al que le juega en contra el calendario junto con Martín Demichelis (34 años), Pocho Lavezzi (30), Zabaleta (30) y Andújar (31).

Los momentos para olvidar en una final le vuelven a jugar una magolpes la pasada a Messi. Se entusiasmó y entusiasmó a todos que ésta podía ser la oportunida­d para soltar los deseos maniatados, pero no pudo. No lo consiguió anteayer frente a Chile. Una vez más, en su reclusión familiar en Rosario, no puede entender lo que vuelve a padecer con la camiseta del selecciona­do. Él, el más autoexigen­te del mundo, el que se enfada y desenfada sólo, no puede con sus pensamient­os. El Tata Martino tendrá un trabajo arduo para intentar levantarle el ánimo a quien ya una vez, en las eliminator­ias traumática­s de la mano de Diego Maradona, se sintió la razón de los problemas del selecciona­do. Pocos saben qué sensacione­s están pasando por la cabeza del rosarino en estas horas, pero sin duda, por la manera en que se dieron las cosas en la final, se viene un tiempo de mucha introspecc­ión por lo que pasó.

Para la Argentina se trataba la oportunida­d “de saldar un poco la deuda” de Brasil 2014. De hacer más sencillo el tiempo de transición que se viene, ese que tendrá apellidos como Lamela, Orban y Nicolás Gaitán, entre otros. La herida debía cerrarse en Santiago, porque ahora se iniciará una nueva aventura, otro desafío, con las eliminator­ias por delante, la posibilida­d de que en un año se juegue la Copa América del Centenario de la Conmebol en los Estados Unidos y el laboratori­o de los Juegos Olímpicos de Río 2016 para proyectar jugadores para Rusia 2018. Es el comienzo de un ciclo, con el peso de dos finales perdidas en menos de un año. Una exigencia de un altísimo peso sobre la espalda de un grupo de jugadores que dejó pasar la oportunida­d que se había planteado. Lo que pasó en la Copa América expone a los protagonis­tas y pone a la luz interrogan­tes que inquietan en lo profundo de este selecciona­do.

“La verdad es que no hay mucho que decir... Hablar de decepción, dolor o tristeza es poco. Hay que agradecerl­es a los hinchas”

marcos rojo

 ?? F. marelli / e. especial ?? Messi y una generación de jugadores cargan con el altísimo peso de dejar pasar otra oportunida­d para cortar 22 años sin títulos
F. marelli / e. especial Messi y una generación de jugadores cargan con el altísimo peso de dejar pasar otra oportunida­d para cortar 22 años sin títulos
 ?? F. marelli/ e. especial ?? Messi e Higuaín, sin consuelo tras una nueva decepción
F. marelli/ e. especial Messi e Higuaín, sin consuelo tras una nueva decepción

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