Un festival que apuesta por el nuevo cine
Comienza una nueva edición de este encuentro checo; la Argentina estará presente con la película El 5 de Talleres
KARLOVY VARY (República Checa).– “Es un increíble honor estar aquí, estoy muy nervioso y temo que los nervios me impidan decir exactamente lo que quiero”, dijo un emocionado Richard Gere al recibir el Globo de Cristal a la trayectoria en la ceremonia inaugural de la 50a edición del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary, que continuó celebrando la presencia del astro de Mujer bonita con la proyección de Time Out of Mind, de Oren Moverman, un drama sobre la vida de los sin techo en Nueva York que el afamado intérprete protagoniza.
“Estoy haciendo películas desde hace 40 años y es mucho tiempo. Dios creó al hombre y a la mujer porque amaba las historias. Aquí hay 10 millones de historias –dijo Gere, saludando a los checos que seguían la ceremonia por televisión en directo–, éste es un momento del tiempo en que estas historias se juntan, porque somos parte de un universo interconectado, a través de las películas, algo que cambió mi vida. Hagamos una nueva historia. Una pacífica, generosa, amable, sexy, divertida. Una que nos guste a todos”, dijo añadiendo la enorme importancia que tuvo en su vida la figura del líder político y dramaturgo Vaclav Havel, mientras recibía la rotunda aprobación del público por sus palabras y el aplauso sostenido por los méritos de su trayectoria.
Pero el presidente del festival, el querido actor checo Jiří Bartoška, también fue recibido de pie por el público. Por haberle devuelto desde hace años a la cinematografía checa un impactante nivel a su festival más distintivo (Michael Douglas, Lauren Bacall, Edward Norton, Sean Connery, Robert Redford, Christopher Lee, Jude Law, Susan Sarandon, Mel Gibson y John Travolta son sólo algunas de las figuras internacionales que han sido reconocidas aquí), pero también porque el intérprete libra su propia batalla contra un cáncer de ganglios linfáticos que conmocionó a la opinión pública local. Íntegro, aunque agitado, Bartoška celebró las 50 ediciones con un sintético: “Un festival en el que ustedes son los protagonistas”.
El Hotel Thermal, sede principal del festival, vivió una jornada tan intensa desde lo cinematográfico como desde lo climático, con una región que soporta altas temperaturas y donde el aire acondicionado es una presencia escasa frente a las ventanas dobles, las mullidas alfombras y todo aquello que sirva para conservar el calor. Tanto es así que la rigidez del código de vestimenta para acceder a la ceremonia inaugural, por primera vez, fue un poco más laxo y pudo verse gente con ropa clara y veraniega frente a la estricta etiqueta negra de otros años.
Contundente como la temperatura es la selección con la que el festival celebra sus bodas de oro. Títulos premiados en Berlín, Cannes y Sundance forman parte de las secciones paralelas, en tanto la Competencia Oficial ofrecerá como estrenos mundiales la italiana Antonia, de Ferdinando Cito Filomarino; Box, del rumano Florin Serban; la francesa Le bruit des arbres de François Péloquín; Czerwony pająk, del polaco Marcin Koszałka; Domácí péče, del crédito local Slávek Ho- rák; Jeder der fällt hat Flügel, del alemán Peter Brunner, y Pesn pesney, de la ucraniana Eva Neymannová. A excepción del polaco, ninguno de ellos ha cumplido aún los 40 años, lo que demuestra la apuesta por una renovación generacional. La selección se completa con première internacionales de films de Kosovo, los Estados Unidos, Dinamarca, Alemania, y otros films checos y rumanos. Como celebración, el festival programó seis encuentros con grandes directores que, a su vez, presentarán sus películas favoritas, Michaël R. Roskam (Rififi, de Jules Dassin), Sion Sono (Babe, el chanchito valiente, de Chris Noonan), Sergei Loznitsa (The Asthenic Syndrome, de Kira Muratovová), Luis Miñarro (Sed de mal, de Orson Welles), Kim Ki-duk (Poesía para el alma, de Lee Chang-dong) y Mark Cousins (Un instante de inocencia, de Mohsen Makhmalbaf). Se añaden títulos de directores consagrados como Paul Thomas Anderson, Stéphane Brizé, Saverio Costanzo, Matteo Garrone, Kim Ki-Duk, Andrei Konchalovsky, Guy Maddin, Radu Muntean, e incluso lo último de los míticos hermanos Taviani. La Argentina dirá presente con El 5 de Talleres, de Adrián Biniez, y la coproducción El abrazo de la serpiente, dirigida por el colombiano Ciro Guerra.
Un festival con historia
El Festival de Cine de Karlovy Vary nació hace 69 años con la presentación del corto Los animales y los bandidos (Zvířátka a petrovští), de Jiří Trnka, que venía de ganar como mejor corto animado en Cannes. Aunque, en rigor, el primer encuentro tuvo lugar en otra ciudad balnearia a unos 50 km al sur de Karlovy Vary, y se llamó Festival Internacional de Cine de Mariánské Lázně. Durante sus primeros años de existencia visitaron Karlovy Vary Rita Hayworth, Luis Buñuel, Henry Fonda, Frank Capra, Tony Curtis e incluso el famoso astronauta ruso Yuri Gagarin, y con la llegada de los comunistas al poder en 1948 también se contabilizaron una mayoría de premios a películas rusas. De las 24 que recibieron la distinción entre 1950 y 1988, tres fueron para la entonces Checoslovaquia, 12 para producciones soviéticas o coproducciones, y China, Alemania Oriental y Cuba también recogieron uno cada una. Pero eso no fue todo, hasta la Revolución de Terciopelo debió realizarse alternadamente con el Festival de Cine de Moscú. Parte de esta historia fue presentada ayer con envidiable material documental en el que se veían los discursos de los políticos de la época. El público reía ante las exaltaciones patrióticas fuera de contexto. Para el Festival de Karlovy Vary, hubo una época que fue implacable y hoy es tiempo de fiesta.
Títulos premiados en otros festivales forman parte de las secciones paralelas