Alexis Caporale. “En la Argentina hay que ser muy zen y no tomar decisiones a largo plazo”
Elegido entre los 100 jóvenes más innovadores del mundo, es referente en materia energética y emprendedor serial
Cuando Alexis Caporale (25) tenía 18 años viajó de mochilero a Europa. De paso por Ginebra, un conocido lo llevó a conocer el Gran Colisionador de Hadrones, más famoso por su nombre “La Máquina de Dios”. No sabía, hasta entonces, que un acelerador y colisionador de partículas ubicado en la frontera franco-suiza sería un disparador de ideas y vínculos que lo nutrirían hasta hoy y lo llevarían a ser un referente en materia energética. Ni que su interés por la energía podría llevarlo por el mundo, dar charlas en eventos como TedxUBA y llegar a ser mentor de emprendedores.
Caporale, que tiene tatuado en el antebrazo derecho el nombre de la banda Led Zeppelin, combinado con la fórmula química del principio de incertidumbre de Heisenberg, jamás se imaginó que luego de dos emprendimientos exitosos iba a ser el representante argentino de la comisión de Energía & Cambio Climático de la cumbre de jóvenes del G8, en Londres, 2013. Ni sabía tampoco que, un año después, sería elegido uno de los 100 jóvenes más innovadores del mundo por el Foro de Innovación Abierta coorganizado por Rusia y China.
A los 21 años, cuando estudiaba Ingeniería Química en la UBA, fundó Bixti, una plataforma de compra y venta de diseño que fue uno de los primeros proyectos que la aceleradora NxtpLabs tomó bajo su tutela y valuó en US$ 200.000. El proyecto lo hizo junto a su hermana Marina. “Ninguno de los dos sabía lo que estábamos haciendo, pero aprendimos en el camino”, cuenta.
Lo cierto es que Caporale no sabía que, luego, sus ideas tendrían “efectos colaterales”: a lo largo de cinco años iba a tener que contratar y despedir amigos, sufrir seis meses de migraña todos los días tras vender el 100% su empresa a una compañía brasileña (Elo7) y que, tras negociar con ellos durante nueve meses, se quedaría como accionista y responsable de la plataforma en toda la región. “A los 21 años no estás preparado para negociar con inversores extranjeros”, se sincera el emprendedor, que pone el cuerpo en lo que hace: “La única forma de que algo salga bien es poner todo de uno, para que salga o salga”.
Es así como se toman los proyectos en EmprendING, la cátedra Ingeniería en la UBA donde es docente. Ahí conoció a sus socios de Trimaker (su emprendimiento actual), con quienes desarrollan y fabrican impresoras 3D nacionales.
Su fuerte interés por la energía lo llevó a otros logros: se diplomó en Gestión de la Energía en la UTN, es director del área Energética del Instituto Baikal y es asesor del Proyecto de Eficiencia Energética en Edificios Públicos en CABA. Recientemente publicó su primer libro: El Futuro de la Energía, porque lo que busca es la difusión del tema que lo apasiona. “Se vienen cambios importantes en el mundo sobre el tema energético y no podemos quedarnos atrasados”, asegura.
Caporale es tajante con los emprendedores que se quejan de la coyuntura: “La macro no puede ser la causa del fracaso de un emprendimiento. En un contexto incierto como el de este país hay que ser muy zen y no tomar decisiones a largo plazo”.