Más elogios a la boleta electrónica
Dirigentes y votantes destacaron la agilidad; cuestionaron la falta de intimidad al votar
La boleta electrónica y, sobre todo, el veloz escrutinio porteño siguieron cosechando elogios de dirigentes, organizaciones de la sociedad civil y votantes. El debut del nuevo sistema fue un éxito que reconocieron incluso desde sectores opuestos al macrismo (sólo unos pocos lo criticaron), que antes de la elección habían expresado sus reparos.
Las semanas previas a la inauguración del nuevo sistema de votación generó cuestionamientos de todo tipo por parte de funcionarios, diversas organizaciones civiles y de los propios ciudadanos que sentían que el operativo de capacitación era insuficiente. Sin embargo, el debut de la boleta electrónica en las elecciones para jefe de gobierno de anteayer en todas las comunas de la ciudad de Buenos Aires despejó la mayoría de las dudas y la experiencia cosechó elogios.
“Me pareció excelente. Pensé que iba a ser más complejo, que la elección se iba a retrasar y que la gente iba a ir más desconfiada”, dijo en diálogo con la nacion la diputada nacional y aliada de Pro Patricia Bullrich. “La gente vio que el sistema era muy simple y que todos los ciudadanos podían votar, sin importar que tuvieran 18 o 90 años. Yo tenía un poco de miedo de que no saliera todo bien, pero me sorprendió”, agregó.
La mayoría de las críticas previas a la inauguración de las máquinas que imprimían el voto en una boleta recaían sobre el desconocimiento general y la poca capacitación de los votantes.
Los más pesimistas preveían para la jornada de ayer colas intermina- bles, quejas por el funcionamiento de las máquinas en los centros habilitados para votar y un cierre de urnas que se extendería más allá del límite legal de las 18.
Pero nada de eso pasó. Por lo menos, en la gran mayoría de las escuelas. Las colas no fueron eternas, los votantes no tuvieron mayores dificultades para votar y el escrutinio estaba muy adelantado hacia las 21.
“Fue mucho más rápido que otras veces. Se evitó que la gente tardara mucho tiempo en el cuarto oscuro mientras miraban las boletas, elegían y hasta se llevaban algunas de recuerdo. Ahora tenían que estar sólo delante de una máquina”, se alegró Bullrich.
En la misma línea opinó el titular de la Defensoría del Pueblo, Alejandro Amor, quien en una comunicación con la nacion también se mostró conforme con el nuevo sistema. “Sólo el 8 por ciento de los votantes tuvo distintos tipos de dificultades porque no entendieron el proceso o tuvieron problemas al doblar la boleta”, dijo, al citar un sondeo que llevó adelante la Defensoría durante la jornada.
El funcionario también agregó que “había cierto prejuicio de que a los de la tercera edad les iba a costar más”, pero “del 92 por ciento que no tuvo problemas, un tercio es mayor de 65 años”.
Además, Amor remarcó que para la mayoría de los ciudadanos el proceso fue “rapidísimo” y que “el promedio de votación estuvo entre un minuto y medio y los dos minutos. No obstante, el tener que estar frente a una máquina fue algo que no alegró a todos”.
El candidato a legislador por el Frente de izquierda (FiT) Marcelo Ramal –cuyos votos le alcanzaron para renovar su banca en la Legislatura porteña– también dijo que el proceso de votación fue rápido, pero le generó cierto rechazo.
“El procedimiento fue sencillo, pero las máquinas estaban expuestas ante todo el mundo. No están en un lugar como el cuarto oscuro, donde había privacidad. El votante podía sentirse intimidado porque sus movimientos estaban a la vista de los presidentes de mesa y los votantes allí presentes. [Las máquinas] tienen que estar en un lugar aparte, como se votaba antes”, dijo Ramal a la nacion. Y agregó: “El votante podía sentir que tenía que actuar rápidamente, sin detenerse a analizar las alternativas disponibles en la pantalla”.
En tanto, el ex precandidato a jefe de gobierno por el Frente Renovador, Guillermo Nielsen –que en las PASO no alcanzó el mínimo legal para competir en las elecciones generales–, sostuvo a este diario que “el voto papel es un anacronismo que ya no tiene lugar” y que “las observaciones que se les pueden hacer a las máquinas son cosas que se pueden resolver” con el tiempo. “Tenemos que ir hacia un voto de este estilo”, concluyó.