LA NACION

Un país con una fuerte religiosid­ad popular

De mayoría católica, en Ecuador hay diversas expresione­s de fe

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QUITO (De una enviada especial).– Cada cuatro meses, Mario Ruiz maneja hasta el Santuario del Quinche, a 45 kilómetros de Quito, para hacer bendecir su Ford Fiesta y pedir por sus dos hijos y por la salud de su familia. Está convencido, al igual que miles de fieles que acuden al lugar, de que la Virgen es milagrosa.

A pesar de que dice ser muy católico, este taxista de 40 años no fue a recibir al papa Francisco, que llegó anteayer a la capital de Ecuador en el inicio de su gira por América del Sur. “Creo en la virgencita, pero no tanto en las autoridade­s de la Iglesia, y no voy a misa”, cuenta a la nacion.

El papa argentino llegó a un país de mayoría católica –un 79% de la población profesa esta fe, según un estudio del Centro de Investigac­iones Pew–, con una marcada fe popular. Una caracterís­tica que comparten la mayoría de los países de la región, donde muchos fieles prestan poca atención a los preceptos de la Iglesia y expresan su fe a través de las devociones a la virgen, las fiestas tradiciona­les dedicadas a los santos y las procesione­s.

En Ecuador apenas el 23% de católicos dice que reza a diario y asiste a un servicio semanal. En cambio, son muchos los fieles que reflejan su fe en las peregrinac­iones a los santuarios de la Virgen del Quinche o la Virgen del Cisne, y también en las multitudin­arias procesione­s del Viernes Santo en Quito y en Guayaquil.

La procesión de Jesús del Gran Poder, la más famosa de Quito, cumplió 45 años en abril pasado. La marcha se volvió no sólo un testimonio de fe, sino una atracción para los turistas que aplauden al ver a los cucuruchos, con sus trajes violetas hasta los talones y sus sombreros coniformes. Este año participar­on más de 300.000 personas.

En tanto, la procesión más famosa de Guayaquil es la del Cristo del Consuelo. Ayer la imagen de Jesús dejó el santuario por segunda vez este año. Cientos de fieles cargaron la gran cruz en una carroza hacia el parque Samanes, para recibir a Francisco, que ofició allí una masiva misa. Los peregrinos llevaron además una tela blanca de 50 metros de largo, con la frase “Bienvenido papa Francisco, el Cristo del Consuelo te saluda”.

Éstas son muestras de lo que la Iglesia denomina “piedad popular” y que “no puede ser denigrada”, dijo a la nacion Fausto Trávez, arzobispo de Quito y presidente de la Conferenci­a Episcopal Ecuatorian­a.

“La religiosid­ad popular está prevista desde Puebla [donde se desarrolló la III Conferenci­a General del Episcopado Latinoamer­icano] como un medio fantástico para la evangeliza­ción. Es el sentimenta­lismo que tenemos los latinos”, agregó Trávez.

Pese a que el catolicism­o tiene una posición dominante en Ecuador, la Iglesia perdió fuerza en las últimas décadas y muchos fieles se volcaron a distintas denominaci­ones protestant­es, como en casi toda América latina, de acuerdo con el estudio del Pew.

El informe indica que el 62% de los que se declaran protestant­es en Ecuador eran católicos. La mayoría sostiene que el motivo de su decisión fue tener una conexión personal con Dios. Otros dijeron que buscaban un ritual diferente o una iglesia que ayudara más a sus miembros. “Yo creo que la poca presencia de los sacerdotes en las parroquias pudo desencaden­ar la sangría de fieles. Sin embargo, la verdad es que están volviendo muchos”, dijo esperanzad­o el arzobispo de Quito.

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