Pacto, Grexit o caos, las opciones de Atenas
El primer ministro griego, AlexisTsipras,ganósuapuesta: decir no a las condiciones demasiado severas del acuerdo “reformas contra dinero fresco” negociado desde hace meses con los acreedores de su país. Nadie sabe, sin embargo, si su victoria será total y llegará a obtener, como lo solicita, una reducción de la deuda y un nuevo plan de ayuda, o si se podrá evitar un Grexit, la salida del país de la eurozona. Los especialistas hablan de tres escenarios posibles.
Negociar un nuevo acuerdo. La
b posibilidad parece complicada, pero no imposible. El canciller italiano, Paolo Gentolini, afirma que los europeos deberían “comenzar a buscar un acuerdo” para salir del “laberinto griego”. El presidente francés, François Hollande, coincide. A fines de junio, Tsipras parecía dispuesto a aceptar la lista de reformas negociadas (aumento del IVA, reforma del sistema de jubilaciones, etcétera), pero exigía una reestructuración de la deuda del país, de 322.000 millones de euros.
La cuestión de la deuda será central en las nuevas negociaciones. Teniendo en cuenta que una condonación es inaceptable por respeto a otros países que también fueron sometidos a planes de rescate, queda la opción de extender los plazos (hoy llegan hasta 2054) y reducir las tasas (2,36% de promedio).
UnGrexit o partida amistosa. Para
b Berlín, Madrid, Bratislava o Lisboa, el no fue la prueba de que Grecia no acepta las reglas del juego europeo. Atenas reclama ayuda financiera de sus acreedores sin aceptar las reformas exigidas.
Los dirigentes europeos podrían, colectivamente, decidir una salida de Grecia de la eurozona. Atenas tendría que aceptarla –porque nadie puede expulsar a un país de la zona monetaria– estimando que el país estaría mejor al dejar la moneda única, pero permaneciendo en la Unión Europea y conservando el apoyo técnico y político del bloque. En caso de reintroducción del dracma, la economía griega podría ganar competitividad con una moneda devaluada. Durante esa etapa de transición, el control de capitales se mantendría, mientras el Banco Central Europeo (BCE) seguiría sosteniendo a los bancos griegos.
ElGrexident,unasalidadesordenada.
b De regreso a las negociaciones, la nueva lista de condiciones presentada por los acreedores sería tan radical como las negociadas antes del plebiscito y la cuestión de la deuda quedaría en suspenso.
Una salida de Grecia por accidente (Grexident) podría imponerse. El BCE esperará hasta el 20 de julio, fecha en que Atenas debe reembolsarle 3500 millones de euros, para actuar. Ante la incapacidad del país de pagar, el BCE se verá obligado a reducir y después a suspender su liquidez de urgencia a los bancos griegos, precipitando su quiebra.
Atrapado, el Estado tendría que nacionalizarlos para frenar el pánico de los ahorristas. Incapaz de pagar jubilaciones y salarios, Grecia debería imprimir pagarés, aceptados como moneda paralela, que se derrumbaría frente al euro. El precio de los productos importados se iría por las nubes, el poder adquisitivo de los griegos se derrumbaría y la economía del país caería en el abismo.