El kirchnerismo porteño no ve diferencias entre Larreta y Lousteau y no apoyará a ninguno
Recalde y referentes de La Cámpora analizaron ayer con la Presidenta la estrategia para el ballottage; insistirán en la idea de que ambos candidatos representan un mismo proyecto
Todavía no se definieron la forma ni el momento de comunicarlo. Pero, un día después de la derrota que lo dejó fuera de la segunda vuelta en la ciudad, el kirchnerismo decidió ayer que no va a apoyar a ninguno de los dos candidatos que van a disputar el ballottage, el 19 de julio. Tampoco llamará a votar en blanco, sino que optará por la neutralidad o, mejor dicho, por cuestionar a los dos postulantes, sin hacer una recomendación sobre a quién dar el voto.
La decisión se tomó en una reunión que Mariano Recalde y los principales referentes de La Cámpora en el distrito mantuvieron ayer con Cristina Kirchner, en la quinta de Olivos. Todos estuvieron de acuerdo en que el Frente para la Victoria (FPV) debe mantener la posición expresada por Recalde durante la campaña: Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau son dos caras de un mismo proyecto.
Antes de conocerse la definición de la Presidenta, Axel Kicillof había avanzado ayer en los cuestionamientos a Lousteau. “En él lo que predomina es el arribismo: ir trepando en todos los espacios ignorando lo que piensa”, dijo el primer candidato a diputado nacional del FPV en la ciudad a Radio América. Además, recordó que el candidato de ECO había pasado por el Grupo Sophia, el think tank que responde a Larreta, y sostuvo que, como en La Guerra de las Galaxias, Lousteau enfrentará en el ballottage a su viejo maestro.
La noche del domingo, tras conocerse los resultados, Recalde había evitado una definición sobre el tema, con el argumento de que se trataba de una decisión colectiva que aún no había discutido. Esa discusión se resolvió ayer en el encuentro con la Presidenta.
La cuestión volverá a ser tratada hoy y mañana en reuniones ampliadas del kirchnerismo porteño. En esos encuentros se escribirá la letra chica del libreto al que se aferrarán los dirigentes del espacio para justificar la libertad de acción. Es la fórmula que encontró Cristina Kirchner para sortear un dilema de difícil solución.
Ninguna de las opciones genera consenso en el interior del kirchnerismo ni está exenta de contradicciones. Para colmo, en el FPV todos dan por seguro un triunfo de Larreta. El posicionamiento del oficialismo nacional no tendría entonces efectos determinantes en el resultado electoral, sino que sería sólo un test de coherencia política.
En ese sentido hay dos opciones que estuvieron descartadas desde el principio: apoyar al candidato de Pro y llamar a votar en blanco. “Yo a Rodríguez Larreta no lo voy a votar. A Martín Lousteau no sé”, avisó ayer el radical kirchnerista Leandro Santoro, compañero de fórmula de Recalde. En el búnker del FPV, ésa era anteanoche la única certeza: nadie iba a volcarse por el actual jefe de gabinete porteño. El voto en blanco tampoco generaba entusiasmo. “Como partido de gobierno, no podemos llamar a votar en blanco. Eso lo puede hacer el Partido Obrero, pero nosotros no”, explicaba ayer un dirigente.
La opción de apoyar a Lousteau no sólo implicaba una contradicción respecto de lo dicho en la campaña. También significaba un riesgo político. Un sector del oficialismo nacional considera que el crecimiento del candidato de ECO sería lo más perjudicial para las aspiraciones futuras del kirchnerismo en la ciudad. Para el FPV es preferible enfrentarse al macrismo que a un dirigente como Lousteau, que representa un “falso progresismo radical”. En la construcción política que empezó con la candidatura de Recalde, el escenario imaginado es el de la polarización con Pro.
Ni siquiera la posibilidad de dar libertad de acción está libre de complicaciones. El debate público entre kirchneristas que prefieran una u otra opción podría generar enfrentamientos internos. Cómo evitar esos efectos no deseados fue uno de los objetivos del encuentro de anoche. La solución que intentará aplicarse en las próximas horas es garantizar una libertad de acción dentro de ciertos parámetros. La idea es que, más allá de a quién decida votar, ningún dirigente se corra del discurso que indica que Larreta y Lousteau son parte de un mismo proyecto.
En ese esquema, lo principal será poner de relieve el antagonismo entre la Casa Rosada y la fuerza de Mauricio Macri, con el objetivo de fortalecer el libreto elegido para las elecciones presidenciales. Recalde y compañía recordarán en cada una de sus apariciones que el radicalismo y la Coalición Cívica, principales sostenes de la candidatura de Lousteau, competirán en las PASO presidenciales de Cambiemos con Macri.