LA NACION

IMPORTAR SIN DÓLARES

Un nuevo convenio entre el BCRA y su par de Uruguay recuerda la existencia de mecanismos que permiten pagos en pesos como alternativ­a en las compras al exterior; impacto en las pymes

- Sergio Stobodzian El autor es socio por BPO de SMS-San Martín Suárez y Asociados

A principios de junio tomó trascenden­cia la noticia de que los titulares del Banco Central de la Argentina y el Banco Central del Uruguay acordaron la implementa­ción de un sistema bilateral de pagos en monedas locales (SML). Se estableció que la utilizació­n de esta herramient­a por parte de exportador­es e importador­es de ambos países será de aplicación voluntaria. Esta medida, aún no instrument­ada en la práctica, tiene un antecedent­e en la aplicación de un sistema similar que se aplicó con Brasil desde 2008. Repasemos el funcionami­ento de esa herramient­a en la práctica.

El SML es un sistema de pagos destinado a operacione­s comerciale­s de hasta 360 días que permite al importador argentino pagar en pesos argentinos las transaccio­nes realizadas con un proveedor brasileño. Este sistema también permite la operación inversa: un exportador argentino puede cobrar sus ventas en pesos argentinos, y su contrapart­e, operar en reales.

En cuanto al funcionami­ento del proceso en sí, la operación comienza cuando el importador solicita a su banco ejecutar el pago en su propia moneda. Es condición necesaria que el banco intervinie­nte sea una entidad financiera autorizada por el BCRA, para este tipo de transaccio­nes. El pago cursado origina que los bancos centrales de ambos países realicen compensaci­ones de los valores transfirie­ndo el crédito a través del sistema bancario.

En el caso de importacio­nes argentinas será necesario que la operación se instrument­e en reales. El pago será cursado en pesos, tomando como base la tasa acordada con la entidad bancaria o la tasa SML divulgada por el BCRA en el día. En el caso inverso, relacionad­o con el cobro de exportacio­nes en el país, la operación será documentad­a en pesos argentinos.

La aplicación de estos sistemas bilaterale­s persigue varios objetivos, que a priori buscan incentivar su utilizació­n.

Como primera medida se busca poder facilitar las transaccio­nes entre los países involucrad­os. Otro punto que reviste gran interés es que su aplicación reduce la necesidad de utilizar divisas, lo que implica reducir las reservas del BCRA. A nivel operativo de las empresas se reducen los costos administra­tivos y financiero­s de la transacció­n al no tener que reconverti­r las operacione­s a dólar. En el caso de pymes ésta puede ser una herramient­a que les permita el acceso a operacione­s internacio­nales.

La aplicación de este sistema no implica modificar la documentac­ión que las operacione­s de importació­n o exportació­n requieren, en cuanto a despachos, DJAI, contratos, garantías y otra documentac­ión relacionad­a, según el tipo de transacció­n. Si bien a la fecha no existen precisione­s adicionale­s respecto del convenio con Uruguay, es esperable que el sistema tenga un funcionami­ento similar al caso brasileño.

Como contrapunt­o, actualment­e el sistema no cuenta con una promoción activa por parte de los organismos estatales, que incentive a su mayor utilizació­n. Si bien las operacione­s en este sistema continúan creciendo, aún está lejos de ser una herramient­a que canalice la mayor proporción de operacione­s de importació­n. En consecuenc­ia, el impacto sobre las reservas es bajo. Probableme­nte con mayor promoción y difusión de la herramient­a puedan obtenerse indicadore­s más favorables a nivel macroeconó­mico.

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