milagro en italia: rescatan a 10 personas tras el alud
Fue luego de casi dos días bajo hielo y escombros; cuatro chicos, a salvo
ROMA.– Los milagros existen. Fue la frase que más se escuchó ayer en Italia donde, luego de pasadas 42 horas del alud que arrasó y sepultó el lujoso hotel Rigopiano, de Farindola, diez personas, entre ellas cuatro chicos, fueron halladas vivas por los rescatistas.
En imágenes conmovedoras, que dieron la vuelta al mundo, una mujer –esposa de Giampiero Parete, uno de los dos sobrevivientes que habían dado la alerta tras el desastre– y su hijo fueron extraídos de un virtual agujero en la nieve abierto por los bomberos en un sector del edificio, en medio de aplausos. A pesar de haber quedado sepultados por el hielo, madre e hijo estaban en buenas condiciones, así como otros tres chicos. Entre ellos estaba Ludovica (6 años), la otra hija de Parete. Otras cinco personas fueron localizas más tarde y esperaban ser rescatadas.
“Fue una jornada complicada, pero no ausente de elementos positivos”, dijo el jefe de la Protección Civil, Fabrizio Curcio, al cabo de un día dramático.
Los sobrevivientes pudieron resistir al frío y al miedo gracias a la protección de una buhardilla en la zona donde estaban el bar y la sala de billar del hotel. “Las condiciones afortunadas que permitieron a los supervivientes seguir con vida fueron el tener puesta ropa abrigada y no haber estado en contacto con la nieve, porque la estructura, si bien colapsó parcialmente, los protegió”, dijo Tullio Spina, médico del hospital de Pescara, donde la mayoría fue internada para controles.
La masa de nieve que arrasó el hotel, que muchos temían que asfixiara a quienes estaban dentro, finalmente ayudó: formó una suerte de efecto “iglú”, que los protegió del frío y formó, además, una “burbuja de aire”, explicó un bombero.
Tras horas de trabajo en condiciones extremas, cavando con las manos en la nieve entre las ruinas del edificio, cuando casi todos habían perdido la esperanza, fue a media mañana cuando se hizo la luz.
El contacto con un primer grupo de seis sobrevivientes ocurrió a las 11 (hora local), gracias a los perros que los localizaron. Desde el exterior del hotel –que debido a la violencia de la avalancha, de 300 metros de frente se desplazó diez metros– no se oían voces. La estructura del edificio, irreconocible debido al impacto, protegió a los sobrevivientes, aunque sin permitirles comunicarse con el exterior. La nieve absorbe los sonidos. “Fue lindísimo, no lo podían creer y nos abrazaban”, contó Marco Bini, socorrista que no ocultó las dificultades del operativo de rescate. “No podemos avanzar mucho, porque corremos el riesgo de que partes del edificio se derrumben”, dijo. Y con el aumento de las temperaturas “crece el riesgo de nuevas avalanchas, un riesgo especialmente alto en el área detrás del hotel, que sigue siendo muy peligrosa”, agregó.
La avalancha había caído en la tarde del miércoles, el mismo día en el que el centro de Italia fue nuevamente sacudido por cuatro terremotos superiores a los 5° en la escala de Richter y en medio de fuertes nevadas en las zonas ya golpeadas en los meses pasados. Los 24 turistas en el hotel estaban listos para irse. Pero debido a las intensas y excepcionales nevadas de los últimos días –consideradas “históricas” por el primer ministro Paolo Gentiloni– esperaban que un camión quitanieves desbloqueara el único camino para salir. Giampiero Parete, cocinero de 38 años que había decidido tomarse unos días de vacaciones en la montaña con su mujer y sus hijos, se salvó del alud porque justo había salido del edificio.
Luego de dar la voz de alerta con su celular, se refugió en su auto y fue rescatado anteayer en estado de hipotermia. Desesperado porque en el hotel arrasado habían quedado su mujer y sus dos hijos, ayer Giampiero revivió. Volvió a abrazarlos, sanos y salvos. Todo un milagro.