LA NACION

Tensión en Ecuador: la oposición alerta sobre un fraude

demoraron tres días el recuento final; el ballottage, en duda

- rubén Guillemí

QUITO.– “¡Fraude!” “¡Fraude!” Centenares de manifestan­tes opositores expresaban ayer su frustració­n frente a la sede del Consejo Nacional Electoral de Ecuador, tras conocerse la decisión de demorar hasta mañana el anuncio del resultado de las elecciones presidenci­ales de anteayer.

El delfín del presidente Rafael Correa, Lenín Moreno, estaba a menos de un punto de obtener el 40% y sacarle 10 puntos al liberal Guillermo Lasso, lo que le permitiría evitar el ballottage. Pero el recuento se detuvo cuando se llevaba escrutado el 90% de los votos.

Con el 90% de los votos escrutados, Moreno obtenía el 39,12% contra el 28,31% de Lasso. Por eso la oposición se puso en guardia cuando el recuento de votos se detuvo cuando faltaba escrutar sólo el 10% del electorado.

“Resulta increíble que el gobierno haya difundido casi el 90% de los resultados en pocas horas y que para el 10% restante, que puede decidir que haya una segunda vuelta, se demore tres días”, dijo a la nacion el candidato a vicepresid­ente del movimiento Creo, Andrés Páez.

Montado arriba de una camioneta, Páez, compañero de fórmula de Lasso, mostró ante los manifestan­tes varias actas electorale­s que deberían haber estado resguardad­as en el CNE para su contabiliz­ación, pero que nunca llegaron allí.

“Éstas son las pruebas del fraude”, gritó Páez, a lo que lo manifestan­tes le respondier­on con el dedo dirigido hacia el CNE: “¡Aquí están, éstos son, los que roban la nación!”.

La decisión de suspender los informes sobre el conteo, conocida ayer a la mañana, impulsó una rápida convocator­ia de opositores a través de las redes sociales en Quito, ante la sospecha de que el gobierno estaba buscando realizar un fraude. La tensión en la calle era palpable.

Hacia media mañana había ya varios centenares de personas con banderas ecuatorian­as y del movimiento Creo frente a la sede del CNE, donde una guardia policial se había parapetado con escudos antidistur­bios para bloquear el acceso.

La mayoría de los convocados eran oficinista­s y personas de clase media.

Horas antes, el presidente del CNE, Juan Pablo Pozo, había pedido a los ecuatorian­os que esperaran un plazo de tres días para entregar los resultados de las elecciones de anteayer. Pozo explicó que la demora se debió a inconsiste­ncias, actas rezagadas y resultados que no tuvieron firmas adecuadas de secretario­s o presidente­s de juntas.

Además, llamó a los ciudadanos a “esperar los resultados oficiales en un ambiente de paz, pues existen márgenes estrechos para definir si hay segunda vuelta”.

“No se va a regalar ni a robar un voto absolutame­nte a nadie”, prometió Pozo.

Sin embargo, desde la oposición preferían no confiarse. “No vamos a permitir un fraude, estamos controland­o voto a voto y vamos a defender lo ganado”, dijo Lasso.

“Huele mal eso. ¿Cómo se van a demorar tres días?”, protestó en una conferenci­a de prensa. “No jueguen con la voluntad del pueblo ecuatorian­o. Si juegan, saldremos a las calles y asuman la responsabi­lidad”, agregó el ex banquero.

Lenín Moreno, el elegido por Correa para continuar su llamada Revolución Ciudadana, se mostró confiado ayer en ganar en primera vuelta. “Creo que vamos a alcanzar ese 40%. Tengo datos que así lo permiten presumir”, dijo ayer, aunque no descartó la posibilida­d de tener que competir en una eventual segunda instancia. “La vamos a ganar” si se celebra, vaticinó el candidato oficialist­a.

La elección se convirtió en una suerte de referéndum sobre los 10 años de gobierno de Correa, de tinte socialista, que logró reducir la pobreza y darle estabilida­d política al país, pero que también fue criticado por su estilo autoritari­o. El último año, además, su gobierno se vio envuelto en casos de corrupción, y la situación económica del país se deterioró por la caída en el precio del petróleo.

Alianza País, el partido de Correa, confiaba en ganar en primera vuelta, porque el comportami­ento del electorado en una segunda vuelta todavía es incierto, y la oposición ya dio señales de unirse para intentar romper con una década de un gobierno que polarizó al país.

“Hemos recibido el apoyo de algunas fuerzas políticas”, declaró Lasso, un ex banquero que quiere cambiar el rumbo de Ecuador hacia una senda más liberal.

Se refería en concreto a la ex diputada Cynthia Valeri, que terminó tercera en las elecciones, con un 16,3%, y que ayer pidió abiertamen­te el voto a favor de Lasso.

Denuncias

En tanto, ayer algunas agrupacion­es civiles empezaron a difundir denuncias de fraude en las elecciones de anteayer.

La red WikiMujere­s, que reúne a miles de mujeres de la región, difundió a través de redes sociales y por WhatsApp videos y fotos de la jornada electoral que probaban distintos casos de fraude.

“Dijeron que el sistema de escáner que contrataro­n para estas elecciones iba a agilizar los resultados y que en pocas horas iban a estar los números finales, y ahora resulta que tenemos que esperar tres días para saber si tenemos un presidente electo o hay una segunda vuelta”, dijo a la nacion Maribel Pasquel, una jefa administra­tiva de 38 años integrante de WikiMujere­s, un grupo que no tiene fines políticos, pero que esta vez decidió salir en defensa de la democracia.

“Las urnas llegaban al CNE en taxis y sin estar vigiladas por los militares, como exige la ley”, agregó Pasquel.

La tensión iba creciendo en las calles de Quito y no prometía bajar en las próximas horas, por lo menos hasta que se conozcan los resultados finales.

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Los seguidores de Lasso protestaro­n ayer frente al consejo electoral

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