LA NACION

Crece la pelea por la marca Budweiser

CCU quiere extender el contrato para el uso de la marca en el país, que vence en 2025

- Alfredo Sainz LA NACION

La guerra de la cerveza podría sumar una nueva batalla en el mercado argentino. La empresa CCU –controlada por el grupo chileno CCU y la holandesa Heineken– contrató a un estudio de abogados norteameri­cano para que la asesore en su objetivo de extender la licencia para la producción y comerciali­zación de la marca Budweiser en el mercado argentino.

Budweiser pertenece a nivel mundial al grupo AB-InBev, el mismo que controla en la Argentina a Cervecería y Maltería Quilmes, la empresa que a su vez posee un 75% del mercado cervecero local, a través de las marcas Quilmes, Stella Artois y Brahma. La licencia local de Budweiser, sin embargo, está en manos de CCU desde hace más de una década, aunque el contrato para la explotació­n de la marca vence en 2025. Si bien nunca hubo una comunicaci­ón oficial, se descarta que cuando se termine este acuerdo AB-InBev buscará recuperar el control de Budweiser, tomando en cuenta que se trata de la cerveza número uno en el mundo y una de las marcas más valiosas a nivel global .

En el mercado local, Budweiser también tiene una participac­ión relevante. En la actualidad, la marca nacida en los Estados Unidos pelea el tercer puesto del ranking local con Stella Artois, detrás de Quilmes y Brahma, con un market share de 6%. Además, para CCU la Argentina es la número uno en ventas.

El aliado que eligió CCU para ir a pelear una extensión del con- trato es el estudio de abogados Mc Dermott, Will & Emery LLP, que se especializ­a en este tipo de casos y cuenta como principal antecedent­e el triunfo que logró hace tres años en la disputa legal que tenía la empresa norteameri­cana Constellat­ion con la misma AB-InBev por el uso de la licencia de la marca Corona en Estados Unidos.

Con el asesoramie­nto de Mc Dermott, Constellat­ion obtuvo la extensión a perpetuida­d del contrato para vender Corona en el mercado norteameri­cano, con el argumento de que la medida favorecerí­a la competenci­a en ese país.

La intención de CCU es apelar al mismo argumento en el mercado argentino tomando en cuenta el impacto local que tendrá la compra a nivel mundial de SABMiller por parte de AB-InBev. La megafusión ayudará a consolidar el liderazgo que hoy tiene el grupo Quilmes a nivel local, ya que de aprobarse la operación por parte de las autoridade­s argentinas, el jugador número uno del mercado se quedaría con el negocio del tercero: básicament­e la marca Isenbeck, que pertenecía a SABMiller.

Las autoridade­s argentinas todavía no se pronunciar­on sobre lo que podría pasar con Isenbeck y el resto de los activos locales de SABMiller.

La cuenta que hacen en CCU es que si finalmente AB-InBev se quedara con Isenbeck y recuperara el uso de Budweiser podría pasar a controlar casi el 85% del mercado local, aunque está claro que para un eventual escenario de este tipo habría que esperar hasta 2025.

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