Peripecias de un regalo

Mi hija recibía anualmente para su cumpleaños un regalito de una amiga alemana. Por lo general se trataba de chocolates, un llaverito, aros, imanes o algo similar. Este año recibimos un telegrama de Correo Argentino con la indicación de que el envío fue clasificado dentro del régimen puerta a puerta y que sería entregado sólo después de cumplir con los requisitos indicados en el sitio web de AFIP y abonando 100 pesos, con una fecha límite, caso contrario el paquetito regresaría al sitio de origen. Tratamos de realizar el trámite de la AFIP, pero para ello debería gestionar personalmente su clave fiscal nivel 3. Tampoco tiene boletas de impuestos ni servicios a su nombre para presentar, por lo que debería conseguir un certificado de domicilio. Mi hija es estudiante de Bioquímica en la UBA, ayudante de trabajos prácticos, y realiza la práctica hospitalaria en los horarios en los que atienden la AFIP y el Registro Civil. No tiene ingresos monetarios. No se trata de una compra en el exterior, por lo que es difícil creer que nuestro Correo clasifique un regalito de cumpleaños en este régimen mientras miles de argentinos cruzan las fronteras para comprar en el exterior. Nosotros también enviamos regalitos a nuestros sobrinos en Alemania, pero nunca la señora Angela Merkel ni el correo de Alemania los derivaron al Finanzamt (agencia tributaria) para poder recibirlos. No están mal los controles, solamente pedimos un poco de sentido común.