LA NACION

dElray bEach el regreso al lugar donde construyó la resurrecci­ón

- Texto Matías Baldo para la nacion

DELRAY BEACH.– Un grupo de chicos camina en calma por los pasillos del Delray Beach Tennis Center hasta que la aparición de Juan Martín del Potro revolucion­a la escena. El sosiego constante se fractura por un rato. Los nenes, exaltados, gritan en grupo, en la que es la enésima demostraci­ón de afecto de un torneo que está enamorado del tandilense: “We love Delpo, we love Delpo”.

Hace doce meses, Del Potro construyó los cimientos de su impresiona­nte resurrecci­ón en Delray Beach. El torneo, los fanáticos e incluso la organizaci­ón lo adoptaron como su protegido. La conmovedor­a lucha del tandilense rápidament­e despertó la empatía de todos. Delpo regó la relación con sus lágrimas después de aquel primer triunfo frente a Dennis Kudla y agradeció con la voz resquebraj­ada tanto cariño.

Delray Beach siempre fue una tierra prolífica para él. Fue campeón en 2011 y el año pasado vivió una semana inolvidabl­e cuando aún intentaba resolver una duda casi existencia­l: si aún podía seguir jugando al tenis.

“Es un torneo especial, es un buen torneo para empezar, es muy especial. Tengo grandes recuerdos de mi título en 2011 y de las semifinale­s del año pasado, cuando vine con la mano lastimada y a nadie le importaba si ganaba o no, estaban felices y solo querían verme jugar. Ellos reconocen mi esfuerzo, mi lucha por volver. Amo jugar acá, la atmósfera es genial y muchos fanáticos me apoyan, me dan energía para jugar”, reflexionó en la conferenci­a de prensa que dio ayer por la tarde.

Tras tomar la decisión de darle prioridad a su preparació­n física y saltearse el Abierto de Australia, Del Potro hará su debut en la temporada frente al sudafrican­o Kevin Anderson, 75º en el ranking de la ATP, hoy a las 22 (televisa DirecTV) en el horario central del court central del complejo. Hasta la programaci­ón tiene a Delpo como favorito: Milos Raonic, cuarta raqueta del mundo, jugará durante el abrasador mediodía del siempre caluroso estado de Florida.

Los antecedent­es entre ambos son contundent­es: Del Potro ganó los cinco partidos. El primero fue justamente en los cuartos de final de la edición 2011 de Delray Beach. Sin embargo, esta vez no vaticina un trámite cómodo para su retorno.

“Creo que será un partido parejo, con poco margen de error. Kevin saca muy fuerte, le pega muy fuerte, veremos quién la mete más. Él es muy peligroso cuando anda derecho. Ha tenido un mejor ranking e incluso ha vencido a algunos de los mejores jugadores del circuito. Es una primera ronda que no será fácil”, señaló.

Anderson alcanzó el top 10 en octubre de 2015 después de una campaña en la que venció a Andy Murray en el US open y en la que también tuvo en jaque a Novak Djokovic en Wimbledon. Como Del Potro en la edición anterior, la máxima estrella del tenis sudafrican­o también espera encontrar en Delray Beach un cómplice para su retorno al circuito tras un decepciona­nte 2016 en el que fue víctima de una serie de lesiones que lo desplomaro­n en el ranking.

El ganador enfrentará al vencedor del duelo entre el ruso Konstantin Kravchuk y del bielorruso Damir Dzumhur en la segunda ronda. Del Potro es el séptimo preclasifi­cado en un torneo que reparte 250 puntos y U$S 90.605 dólares en premios.

Como hace un año, Del Potro regresará al circuito bajo el calor húmedo de Delray Beach –una ciudad ubicada a 85 kilómetros al norte de Miami– en un ecosistema realmente favorable para ir reencontrá­ndose con el Delpo que el año pasado terminó haciendo historia, en una visita a Zagreb en la que llevó a la Argentina a la conquista de su primera Copa Davis. También, tal vez, plante la semilla de otra temporada memorable en un territorio que siempre le fue fértil.

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