La crisis de la AFA ya ni siquiera respeta géneros
El equipo nacional no tiene entrenador ni jugadoras y no compite desde hace 18 meses; la FIFA puede dar la solución
Suena al peor escenario: un año sin ver a Lionel Messi vestir la camiseta argentina. Meses sin gritar los goles de la selección. Semanas sin ver a los jugadores en el predio de la AFA entrenándose para una competencia internacional. Parece algo imposible de imaginar, pero es precisamente lo que ocurre en el plano del fútbol femenino. Como coletazo de la crisis institucional de la AFA, la selección femenina de fútbol no tiene entrenador, competencia internacional e integrantes desde hace 18 meses.
“Lamentablemente es un reflejo potenciado el fútbol femenino de lo que vemos de la actualidad del fútbol en general. No hay desarrollo. El Torneo Metropolitano sigue siendo igual desde que se creó en 1991, y el número de equipos inscriptos ha bajado de 28 a 14”, describió Diego Guacci, el DT del equipo femenino de River. El certamen se interrumpió en noviembre, con Boca, River, San Lorenzo, Villa San Carlos, UAI Urquiza, Estudiantes de La Plata, Platense y Huracán en los primeros puestos. Estefanía Banini, la mejor futbolista argentina, actúa en Valencia (España).
Julio Olarticoechea, el último técnico a cargo de la selección, en los Panamericanos 2015 en Toronto, describió la situación: “No la veo nada bien. Pasó mucho tiempo sin entrenar ni captar jugadoras, por cuestiones de la actualidad de la AFA. Si antes se daba ventaja por un tema de campeonatos y sus estructuras, ahora es mucho peor porque no se está entrenando. Se da muchísima ventaja para lo que viene, como el Sudamericano”.
En esa última presentación en los Panamericanos se logró el octavo puesto. “Pasó lo que pasa siempre. Un mes antes se convocó a las jugadoras, se completó el equipo con chicas en su mayoría de Boca y River y fueron a competir”, cuenta Guacci.
Olarticoechea concede que faltaron horas de trabajo y preparación, y que hubo muy poco tiempo para arreglar amistosos y entrenamientos. “Es muy difícil trabajar la técnica en una selección cuando se tiene poco tiempo y hay otras cosas que trabajar también. Perdimos con dos equipos superiores a nosotros, pero que se veía que tenían mucho más trabajo y rodaje en competencias internacionales. Ahí sacaron ventaja”.
Para Carolina Cristinziano, la única mujer en el Comité de Regularización de la AFA, el del fútbol femenino“es un ambiente bastante cerrado porque nunca se les dio la importancia que merecían. Se convirtió en un nicho y no hay apertura, nos cuesta mucho acceder a la información básica”.
Así, la AFA no conoce el escenario del fútbol de mujeres: cantidad de jugadoras, equipos por liga, técnicos capacitados, ayuda oficial. “Sabemos que no es a propósito porque siempre han tenido pocos recursos y nunca la suficiente atención. Pero sabemos que hay potencial y ganas de crecer”, resume la dirigente.
El Comité creó una oficina de desarrollo que se está encargando del censo: con ayuda de la FIFA para montar la estructura necesaria, se puede armar un gran plan de desarrollo como ocurrió en Brasil y Colombia. Una nueva reglamentación FIFA obligará a los seleccionados mayor y juveniles a cumplir con un calendario anual de un mínimo de tres partidos.
“Nuestra idea es trabajar con los clubes para que ofrezcan buenas condiciones y oportunidades para que las chicas puedan empezar a competir seriamente. Hay muchas chicas con condiciones, pero no estamos preparados para captarlas. Por esto tienen que existir sistemas de premios, que incorporen los clubes con beneficios o premios. Hay que lograr entusiasmar también a través de medidas”, aseguró Cristinziano.
Para el seleccionado falta, además, un entrenador: “Tenemos nombres, pero no hay nada definitivo. Pensamos contratar técnicos y armar equipos de trabajo para que puedan proyectar. Nos interesan los entrenadores de Venezuela, que son los que tienen como más avanzado el fútbol femenino”.
“Tiene que haber un presidente de la AFA que baje línea y nombre un cuerpo técnico que dicte la línea de trabajo. Como sucede en el sector masculino, donde hay un coordinador que marca el camino para que los técnicos trabajen”, opina Olarticoechea.