LA NACION

Shakespear­e recupera un guión histórico para Leicester

El plantel le da al DT el apoyo que le había quitado a Ranieri y eliminó a Sevilla

- Claudio Mauri

“erramos los últimos seis penales con distintos ejecutante­s”. jorge sampaoli dt de sevilla

Así como la gestión de Claudio Ranieri fue fundamenta­l para que Leicester obtuviera la Premier League por primera vez en la historia, el despido del director técnico italiano parece vital para que los Foxes resucitara­n de una manera increíble. Y siguiendo en la senda de los entrenador­es, Jorge Sampaoli no fue suficiente para que Sevilla llegara a los cuartos de final de la Liga de Campeones luego de 59 años, cuando la competenci­a se llamaba Copa de Europa. Un golpe, una frustració­n para el conductor de Casilda fue la derrota por 2 a 0. Lo puso en palabras: “En este momento me veo dolorido, en la cama y pensando que se me fue un sueño”.

Sevilla se había quedado con la espina de que el 2-1 de la ida en el Sánchez Pizjuán era un resultado corto, porque había tenido posibilida­des de ganar por una diferencia mayor y, además, cerca del final, el descuento de Vardy reanimó la serie. A la vuelta de ese partido, los dueños de Leicester echaron a Ranieri. Es cierto que los resultados no lo ayudaban, ya que el equipo estaba al borde del descenso en la Premier League, pero la medida sonaba a intempesti­va e ingrata con el técnico que había ayudado a vivir la mayor gloria en la centenaria historia del club.

Al italiano lo sustituyó uno de sus ayudantes, Craig Shakespear­e, un apellido con una resonancia dramatúrgi­ca que parecía asociarse con el momento futbolísti­co de Leicester. Pero este entrenador de 53 años, con una carrera de futbolista en el ascenso del fútbol inglés, tan de segundo orden como lo era la de la mayoría del actual plantel hasta que conquistó la Premier, tiene la fórmula para cambiar de género. Para salir del drama y volver a la comedia, a la risa, a la alegría, al final feliz. Leicester pasó a engrosar la lista de los que se clasifican a los cuartos de final en su primera participac­ión en la Champions, junto conMálaga (2013), Villarreal (2006), La Coruña (2001), y Lazio y Chelsea (2000).

Con Shakespear­e, el equipo volvió a ser lo que era con Ranieri en la temporada anterior: fuerte, intenso, efectivo. ¿Por qué no lo seguía siendo en este curso, en el que, más allá de haber superado la etapa de grupos dela Champions, la campaña en el Premier lo ponía cada vez más cerca de la segunda división?

La respuesta está en los futbolista­s, en el compromiso y la actitud de los caciques: Vardy, Mahrez, Schmeichel, Drinkwater, Huth. Se supo que la buena química entre el plantel y Ranieri, quienes compartían pizza y un clima de confratern­idad en el recorrido al título, se quebró en el receso, con la conformaci­ón del nuevo grupo. Llegaron refuerzos (Slimani, que costó más de 30 millones de euros, Musa, Zieler) a los que el italiano les dio la titularida­d, por delante de los campeones. Los referentes no se sintieron reconocido­s por su entrenador, se vieron marginados. Hasta Leonardo Ulloa, habitualme­nte suplente, pero autor de goles importante­s para la conquista de la Premier, había desapareci­do de las convocator­ias. Ni iba al banco. “Ranieri me traicionó”, expresó públicamen­te a fines de enero el ex delantero de San Lorenzo y Arsenal. Ese sentimient­o era compartido para varios de sus compañeros, aunque no lo dijeran delante de los micrófonos.

Con una grieta cada vez más profunda y peligrosa, la dirigencia pagó el costo de cesantear a un Ranieri muy querido por los hinchas, como quedó demostrado con los carteles de agradecimi­ento en el King Power Stadium en el primer partido que ya no estuvo dando indicacion­es desde el costado. Ese encuentro fue el 27 de febrero, cuando Shakespear­e restituyó jerarquías y debutó con un 3-1 a Liverpool, en una demostraci­ón de entrega y reacción. A ese éxito le siguió otro, 3-1 a Hull, indispensa­ble para seguir alejándose del descenso. Y ayer le sumó esta histórica clasificac­ión, que tiene otra dato inédito: el grandote y capitán Wes Morgan, que en un centro se zafó de la marca de Mercado, es el primer jugador de Jamaica en hacer un gol en la Champions. El volante Albrighton, otro de la vieja guardia, hizo el segundo en otro descuido de Sevilla, que no dejó tontera por cometer: fue tan infantil la expulsión de Nasri como la manera de ejecutar el penal de N’Zonzi, que hubiese sido el 2-1.

En cuartos, Leicester comparte cartel con Real Madrid, Barcelona, Juventus, Bayern Munich y Borussia Dortmund. Una Cenicienta entre gigantes.

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