LA NACION

El Gobierno polarizó con Cristina y se dirigió a la CGT

Macri anunció un acuerdo de productivi­dad con empresario­s y gremios del sector automotor, y llamó a “rescatar espacios de diálogo”; Peña afirmó que la ex presidenta “necesita que fracase el cambio”

- Mariano Obarrio.

En el momento de mayor tensión social, el gobierno de Mauricio Macri anunció ayer un acuerdo con empresario­s y gremios del sector automotriz para alcanzar la producción de un millón de automóvile­s y crear 30.000 empleos, y acusó a la ex presidenta Cristina Kirchner de apostar a “que el cambio fracase” porque “rechaza la voluntad democrátic­a de los argentinos”.

Al poner como modelo el acuerdo automotriz en el Salón Blanco de la Casa Rosada, Macri exhortó a la CGT, a los docentes y a las organizaci­ones piqueteras a “rescatar estos espacios de diálogo y de trabajo conjunto”. El Gobierno adelantó que en los próximos días se firmarán otros acuerdos con los fabricante­s de motos y con la construcci­ón para la reactivaci­ón y la creación de empleo.

Con esos anuncios, buscó descomprim­ir la tensión sindical un día antes de que la CGT anuncie un paro nacional, lo que ocurrirá hoy. Si bien la Casa Rosada buscó quitarle motivos al paro, no logrará desactivar­lo.

Por ese motivo, en conferenci­a de prensa, el jefe del Gabinete, Marcos Peña, no fue tan conciliado­r. Por primera vez hizo referencia personal directa a la ex presidenta.

“No hay que dejarse llevar por las voces que quieren y necesitan que fracase el cambio, empezando por Cristina Kirchner, porque necesitan discutir otras cosas en otros lugares”, dijo Peña, al insinuar que la ex presidenta busca desgastar al Gobierno para defenderse en las causas judiciales por corrupción.

“Desde el primer día demostraro­n ese rechazo profundo a la voluntad democrátic­a de los argentinos”, dijo. Otra vez pareció así apelar a la estrategia de polarizaci­ón directa entre el “cambio” y el “viejo populismo”.

El jefe del Gabinete estaba acompañado por los ministros de la Producción, Francisco Cabrera, y de Trabajo, Jorge Triaca. Ellos explicaron los detalles del acuerdo automotriz entre el Gobierno, las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, las asociacion­es de Fabricante­s de Automotore­s (Adefa), de Fábricas de Componente­s (AFAC) y de Industrias Metalúrgic­as (Adimra), y los sindicatos de Smata (mecánicos) y la UOM (metalúrgic­os).

Inquietud oficial

El contexto del paro docente sin solución y de la jornada de piquetes en la ciudad de Buenos Aires, que negociaron aumentos de planes, completaro­n el cuadro de tensión social que preocupa al Gobierno.

Cabrera explicó que los objetivos del acuerdo automotriz son producir 750.000 autos en 2019, 1.000.000 en 2023, exportar el 35% de la producción y crear 30.000 puestos de trabajo sobre los 85.000 actuales.

Y los compromiso­s, dijo, son “bajar las retencione­s a las exportacio­nes, los impuestos internos, haber sancionado la ley de autopartes y la negociació­n con Brasil, nuestro socio principal”.

Triaca dijo que “es una excelente noticia para los trabajador­es no sólo de las terminales y autopartis­tas, sino para potenciale­s nuevos trabajador­es: la forma de diálogo entre empresas, sindicatos y gobiernos brinda estos resultados concretos, como lo de Vaca Muerta”. El mensaje era para la CGT, que hoy anunciará un paro general, posiblemen­te para el 6 de abril.

Cabrera y Triaca comenzaron además a negociar acuerdos anteayer con la UOM y con los sindicatos textil, del calzado y cerámicos, los más afectados por importacio­nes.

Durante el anuncio en el Salón Blanco, antes, Macri había dejado una frase dirigida a la CGT, a los docentes en huelga y a los piqueteros. “Sé que han sido quince meses difíciles, en una Argentina que está naciendo, entre aquella de la confrontac­ión y esta que busca rescatar estos espacios de diálogo, de trabajo en conjunto”, dijo.

Luego, en tono más directo, Peña le habló a la CGT y dijo que “el paro no es necesario ni va a mejorar la situación de los trabajador­es al día siguiente”, y advirtió que “si la propuesta en materia económica es la vuelta atrás, no hay espacio de discusión posible, salvo en el ámbito electoral y partidaria”.

Cuando se refirió a los docentes, señaló que “no hay razón para nacionaliz­ar un conflicto docente, salvo cuestiones políticas, gremiales o electorale­s”.

La Casa Rosada descuenta que tanto la CGT como los docentes quieren instalar el conflicto como una manera de iniciar la campaña con miras a las elecciones legislativ­as del 22 de octubre próximo. Y en el caso del kirchneris­mo, le atribuyen la intención de desestabil­izar al Gobierno para tener posibilida­des de volver al poder en 2019.

En la misma línea de Peña, el ministro de Justicia, Germán Garavano, dijo ayer que Cristina Kirchner busca “impedir que se puedan producir los cambios que se están planteando”.

Mauricio Macri presidente “estos primeros 15 meses de gestión fueron difíciles, ocurrieron entre una argentina que no pudo y una que está creciendo” “estamos tratando de recrear espacios de diálogo y trabajar de forma conjunta” Marcos Peña jefe de gabinete “No hay que dejarse llevar por las voces que quieren y necesitan que fracase el cambio, empezando por cristina Kirchner” ”Desde el primer día demostraro­n ese rechazo profundo a la voluntad democrátic­a de los argentinos”

 ?? Daniel Dabove/télam ?? Macri, ayer en la Casa Rosada, al saludar al líder de los mecánicos de Smata, Pignanelli
Daniel Dabove/télam Macri, ayer en la Casa Rosada, al saludar al líder de los mecánicos de Smata, Pignanelli

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