La Fed subió la tasa, pero no implicaría riesgos para el país
Según analistas, hay que tener en cuenta que se acabó la era del dinero barato
WASHINGTON.– En una decisión descontada por los mercados, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, en la jerga financiera) subió ayer su tasa de interés de referencia, una movida sin riesgo inminente para la economía argentina, pero que sirve de recordatorio de que la era del dinero barato terminó y el costo del financiamiento externo, aún históricamente bajo, ha comenzado a subir.
La Fed subió ayer un cuarto de punto el rango de su tasa de interés de referencia, al 0,75-1%, el tercer aumento desde que el banco central norteamericano subió el costo del dinero por primera vez, en diciembre de 2015, tras su larga lucha por sacar a la primera economía del mundo de la gran depresión que dejó la crisis financiera global. “El mensaje simple es que la economía va bien”, resumió ayer la presidenta de la Fed, Janet Yellen, en una conferencia de prensa.
Tres analistas argentinos de Wall Street que siguen de cerca la realidad del país, la región y los mercados emergentes coincidieron en señalar a la nacion que el giro de la Fed, ahora más dura, no conlleva un cambio de escenario para el país. Pero, a la vez, advirtieron que el nuevo entorno deja al país un poco más expuesto que sus pares a los vaivenes globales y le impone una mayor disciplina.
El giro de la Fed viene acompañado de dos noticias positivas para países como la Argentina: los inversoreflejado res ahora están más optimistas respecto de los mercados emergentes y lo demuestran comprando deuda como no lo hacían desde hacía años, y el mundo, por primera vez en mucho tiempo, crece, y crece “en sincronía”, en palabras de un analista: crecen Estados Unidos, Europa y China y los mercados emergentes.
Yellen se mostró confiada en los “progresos sólidos” de la economía, e insistió en que mantendrá un recorrido de “alzas graduales” del costo del dinero. Además de la suba de un cuarto de punto en la tasa de interés, la Fed mantuvo sus proyecciones de crecimiento del producto bruto de Estados Unidos (2,1%) y de desempleo (4,5%) para este año y el próximo. Y proyectó que su tasa de referencia cerrará el año en el 1,4%, anticipando al menos dos subas más en 2017.
“No vemos hasta ahora una dramática reducción de los flujos de inversiones hacia los países emergentes”, afirmó Pilar Tavella, economista de Barclays. “Sin embargo, el nuevo escenario de tasas ya ha tenido el claro impacto de aumentar el costo de financiamiento para la Argentina en los mercados internacionales, aunque sigue en niveles históricamente bajos”, matizó. “En pocas palabras, el aumento de tasas no implica un riesgo mayúsculo para la Argentina, pero sí impone mayor disciplina”, concluyó.
Daniel Chodos, analista para América latina del banco de inversión Credit Suisse, señaló que el optimismo de los inversores respecto de los mercados emergentes quedó en el fuerte aumento en los ingresos de capital para deuda que hubo en los primeros meses del año, antes de que la Fed endureciera un poco su lenguaje. El mercado, agregó, sigue pensando que la Fed subirá las tasas “muy lentamente”, y por lo tanto el dólar no se va a fortalecer mucho respecto de las monedas emergentes. Entre ellas, el peso.
“Hay cosas más importantes que afectan la inversión en la economía real”, afirmó Chodos. “La gente que toma esas decisiones mira más allá de la suba que pueda hacer la Fed en el corto plazo. Para estas inversiones de más largo plazo son más importantes las elecciones este año en la Argentina. Eso va a afectar mucho más la inversión extranjera directa”, agregó.
Todos recordaron que el Gobierno ya parece haber cubierto todas las necesidades financieras en el exterior, y sólo restan las emisiones de deuda local. Pero el “gradualismo”, la estrategia elegida por el Presidente Macri y su equipo económico para cerrar la brecha fiscal y preservar la reactivación, obliga a seguir buscando fondos en el exterior los próximos años.
Alejo Czerwonko, estratega del banco de inversión UBS, recordó que la Argentina, o cualquier país que tiene déficit gemelos –déficit fiscal y en la cuenta corriente– y, por ende, necesita fondeo externo, está “expuesta a cambios en las condiciones de financiamiento global y a lo que pueda pasar en este proceso de normalización monetaria de la Fed”. “Las necesidades de financiamiento externo parecería que están cubiertas este año, pero es un problema recurrente”, afirmó Czerwonko.