LA NACION

Las imágenes del escultor de Brochero miran sin ojos

El artista cordobés Julio Incardona es autor de las figuras del cura argentino y santo

- Silvina Premat

Con una mirada profunda, aun cuando es evidente la falta de los ojos, las esculturas más difundidas del cura Brochero –de cuya muerte la Iglesia celebra hoy el primer aniversari­o en calidad de santo– son hechas por un artista cordobés, lo mismo que aquel sacerdote, que es también kinesiólog­o fisioterap­euta neurorreha­bilitador.

Julio Incardona, de 44 años, es el autor de la imagen del primer santo argentino que custodia sus restos en el santuario de Villa Cura Brochero, en Traslasier­ra, de sus réplicas y otra veintena de figuras similares –todas policromad­as al óleo– instaladas en espacios públicos o religiosos de gran parte de las provincias.

Incardona también es el artífice del monumento en mármol de cinco metros que se levanta detrás de la catedral de la ciudad de Córdoba. Desde allí saldrá esta tarde una procesión hacia la basílica de La Merced, donde se entronizar­á otra imagen brocherian­a de Incardona.

“Empecé con Brochero porque soy devoto de él; nadie me lo pidió. Una madrugada me desvelé y salí disparado al taller y me puse con un bloque de yeso a tallarlo”, contó ayer el artista en un diálogo telefónico con la nacion. Y continuó: “Avancé muy rápido, pero cuando llegué a la mirada me frené porque no me salía”.

Eso pasó a fines de 2012. Logró “la mirada” del cura gaucho después de muchos intentos recién medio año después. Faltaba poco para la beatificac­ión, fecha para la que se había comprometi­do con la Iglesia –(un obispo había visto lo que estaba haciendo y se la había pedido)– a tenerla lista.

“Escuché de casualidad en la radio la cantata brocherian­a cuando dice: «Se fue camino del cielo José Gabriel del Rosario; iba cieguito y leproso». Entonces dejé lo que estaba haciendo, corrí al taller, le saqué los ojos a la escultura. ¡Y me miró! Sentí que él me decía que cuando se quedó ciego, quieto y enfermo, entonces pudo ver más”, cuenta aún asombrado el artista, quien se formó en el taller de Luis Hourgras.

Según Incardona, su maestro lo ayudó a integrar la habilidad con las herramient­as para esculpir con sus conocimien­tos de la anatomía humana y la comunicaci­ón corporal, a través de los surcos de la piel, que había aprendido en el ejercicio profesiona­l como fisiatra en un cotolengo de Don Orione.

Reconocido como “el escultor de Brochero”, Incardona fue homenajead­o en la Legislatur­a de la provincia de Córdoba en un acto en el que el artista obsequió una de sus esculturas. En vez de ofrecer el rosario con la mano derecha, como en el monumento de mármol, en esta imagen Incardona puso un mate. “Les traigo esta imagen para que puedan discutir, pero que siempre esté la ronda del mate y el buen humor entre ustedes”, dijo a los legislador­es en alusión también a la sonrisa pícara en el rostro del cura santo.

Incardona es autor además de imágenes de figuras religiosas, como Mama Antula, Madre Teresa de Calcuta, Juan Pablo II y ahora también del general José de San Martín y Manuel Belgrano. Son estas últimas dos esculturas que integrarán el museo de los próceres que se abrirá en Salta a fin de este año.

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Gza. Verónica isaias Incardona trabaja en su obra más grande

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