LA NACION

De malagana, Muirfield torció unad ecisión yadmitirá a lasmujeres

En una segunda votación en 10 meses, el club cambió por una cuestión de convenienc­ia: prefiere entrar en la rotación como sede del Open a mantenerse cerrado en una tradición anacrónica

- Por Karen Crouse THE NEW YORK TIMES Traducción de Jaime Arrambide

NUEVA YORK.– El Club de Golf Muirfield aprovechó la nueva oportunida­d y en su segunda votación en 10 meses logró poner en caja a una cantidad suficiente de sus obstinados socios para alcanzar los dos tercios necesarios para admitir a las mujeres.

La victoria del martes último tal vez responda más al pragmatism­o que a una cuestión de principios. Apenas un poco más del 80 por ciento de los hombres de la Honourable Company of Edinburg Golfers, que maneja el Club Muirfield, determinó que es mejor tener que compartir los privilegio­s de la membresía con alguna que otra mujer que perderse ser sede del Abierto de Golf británico.

De los 621 socios que votaron, 498 se manifestar­on a favor de admitir a las mujeres. En mayo último, 616 socios fueron a las urnas y menos de 400 de ellos, el 64 por ciento, votó a favor de la propuesta.

Cualquiera que se sienta tentado de darle una calurosa bienvenida al siglo XXI a los caballeros del Muirfield deberá moderar su entusiasmo: 123 socios –incluso frente al boicot a su histórica cancha de parte de Royal & Ancient, organizado­res del Abierto de Gran Bretaña– le bajaron obstinadam­ente el pulgar a lo que para el resto del mundo civilizado implica un avance, y votaron lisa y llanamente en contra de admitir a las mujeres.

En su defensa, puede decirse que tal vez el cambio sea demasiado vertiginos­o para quienes se quedaron atascados en la era de los pantalones a la rodilla, los pañuelos al cuello y los sacos de pana. Durante más de un siglo, Muirfield había logrado abrirle al mundo las puertas de su célebre cancha, pero sin admitir a las mujeres, salvo como invitadas o visitantes. En 16 oportunida­des, la última en 2013, Muirfield se las arregló para mantener su política discrimina­toria sin perder el derecho a ser sede de los más prestigios­os campeonato­s de golf.

Así que debe haber sido como un mal sueño para muchos caballeros de Muirfield, que de pronto se despertaro­n una mañana –salieron de su lecho conyugal para ir a jugar al golf con sus amigotes, como tan memorablem­ente describió en 2013 el ex ejecutivo en jefe del club Royal & Ancient, Peter Dawson– y se dieron cuenta de que el piso bajo sus pies se había movido.

La prueba de los movimiento­s sísmicos que están reformulan­do el glacial juego del golf es que, en apenas unos años, Muirfield pasó de ser demasiado prestigios­o para ser dejado afuera del Abierto de Gran Bretaña a ser demasiado tóxico para formar parte del circuito.

Muirfield fue fundado en 1744 y era unos de los últimos clubes sedes de grandes eventos del golf que seguía aferrado a la membresía exclusivam­ente masculina. El Club de Golf Royal & Ancient, de St. Andrews, se abrió a las socias mujeres en 2014. El Royal St. George, otra sede del Abierto británico, lo siguieron un año más tarde. El año pasado, el Royal Troon puso

fin a su política de membresía exclusivam­ente masculina pocas semanas antes de ser sede del Abierto.

El Club Nacional de Golf Augusta, sede del Masters, merece el reconocimi­ento de haberse abierto a las mujeres en 2012, por tarde que fuese, y al hacerlo obligó a los demás recalcitra­ntes a ponerse en la fila.

Renee Powell, una de las primeras mujeres a las que le ofrecieron ser socia del Royal & Ancient, tiene sentimient­os encontrado­s frente al nuevo resultado en el Muirfield. “Lo primero que tengo que decir es que estoy encantada con el resultado”, dice Powell. “Pero también me subleva un poco que haya gente que siguió votando en contra.”

Anteayer, el campeón reinante del Masters, el inglés Danny Willett, manifestó su satisfacci­ón ante la nueva decisión del Muirfield: “Me parece genial. Creo que es una muestra del cambio de los tiempos. Demuestra que el golf ha cambiado”.

La lista de espera para asociarse a Muirfield es larga y se extiende para dentro de dos años, así que las mujeres tendrán que armarse de paciencia: no habrá manera de colarse como compensaci­ón por el histórico desplante. Todos esperan que el club no siga el ejemplo del Royal & Ancient y reserven su cupo para dos mujeres nonagenari­as a las que el tiempo no les juega a favor.

Tras el anuncio de la nueva votación, el Royal & Ancient afirmó que Muirfield volvería a ser parte de la rotación de sedes del Abierto de Gran Bretaña. El primer Abierto que se celebrará en Muirfield será en 2022, y se espera que para entonces el club ya tenga un puñado de socias mujeres.

Dentro de 20 años, es probable que a nadie le importe que los caballeros de Muirfield hayan aceptado a las mujeres a regañadien­tes. Dentro de dos décadas, cuando las mujeres y los hombres estén mezclados en los clubes de golf, donde el poder es uno de los privilegio­s de la membresía, muy pocos recordarán que no siempre fue así. La historia es larga, pero la memoria colectiva, gracias al cielo, es corta.

 ?? Reuters ?? muirfield, la última vez que fue sede del open Británico, en 2013, con la presencia de tiger Woods incluida
Reuters muirfield, la última vez que fue sede del open Británico, en 2013, con la presencia de tiger Woods incluida

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina