Una obra que sacude el alma
Lo que más me impactó en La crueldad de los animales es la presencia
y la latencia de esa violencia sorda y terrible que campea en la obra. Están los momentos de calma, en los cuales la acción deja paso como si hubiera una reflexión escénica. Pero lo más impactante del trabajo de Guillermo Cacace es haber guiado a los actores en esa senda tan difícil en la que uno como espectador siente lo que ellos están pensando, lo que está detrás del texto. Eso denota una penetración en el otro del a mirada de Guillermo. Por supuesto, está el texto que alimenta esa posibilidad, que es rico y sale de una convencional id ad para entrar en algo que nos es cercano, pero que está como extrañado, puesto en una esfera en la cual uno ve esas situaciones que el texto evoca, que nos son próximas, pero que están como coloreadas por un tono que no sabemos muy bien cuál es, y eso también es interesante porque nos pone en una situación de espectador activo. Y por último, claro, como soy actriz, estoy muy alerta cuando veo el trabajo de mis compañeros, y el trabajo de todo el elenco es de una calidad extraordinaria. Sería injusto realmente citar nombres, pero la calidad y la coherencia que hay entre ellos es de mucha alquimia y de generosidad hacia el otro. Esto despertó en mí esta obra. Salí perturbada porque nos zarandea el alma. Pero también feliz, porque cuando uno ve un trabajo que está plasmado con claridad y justeza, uno está feliz.
La crueldad de los animales
Sábados, a las 23 (hasta el 1° de abril), en Apacheta, Pasco 623.