LA NACION

Para los noruegos, la clave es no preocupars­e

Un país rico, contacto con la naturaleza y pleno empleo son algunas de las razones

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OSLO (DPA).– ¿Serán los pintoresco­s fiordos o las claras noches de verano? ¿O se trata quizá de algo mucho menos romántico, como las reservas de petróleo? Noruega es el país más feliz del mundo, al menos según el World Happiness Report. Le siguen inmediatam­ente después Dinamarca e Islandia y también Finlandia y Suecia se cuelan en el top 10. ¿A qué se debe que los países nórdicos aparezcan siempre en lo más alto de este ranking?

Suele decirse en broma que el momento más feliz para los noruegos llega después de haber viajado varias horas en auto, cuando consiguen adentrarse en la naturaleza haciendo esquí de fondo y cargando un pesado equipaje a la espalda y se ponen cómodos en una cabaña sin agua ni electricid­ad. Según los estereotip­os, también sienten alegría cuando sus vecinos suecos pierden en las competicio­nes deportivas.

Pero hablando en serio, cuando se pregunta por las calles de Oslo, los noruegos dicen sentirse felices con las pequeñas alegrías cotidianas. “Ahora mismo me hace feliz que el sol haya vuelto y que la primavera esté en camino. Soy feliz cuando puedo estar en la naturaleza y con mi novio”, asegura Maiken Mikkelsen, de 25 años. Para Haakon Stauge, de 71 años, es el tiempo que pasa con sus hijos lo que hace que la vida merezca la pena.

Pero detrás de eso hay más. Podría decirse que lo que hace que los noruegos sean tan felices es que la mayoría no tienen grandes preocupaci­ones. “Somos un país rico. Tenemos muchos recursos y un nivel alto de ingresos”, explica el sociólogo Anders Barstad, de la Oficina de Estadístic­as noruega. “Además, en los países nórdicos hay muy pocas diferencia­s de ingresos. Hay poca pobreza y desempleo”, añade.

Quien tiene trabajo y una familia sana se considera feliz, o al menos no cree que haya motivos para no serlo. “En Noruega nos va bien y tengo edad para saber apreciar la vida”, explica Eli Sanvig, de 64 años. “Para mí la felicidad es poder pasear con mi perrito Elmo.”

“Tengo un buen trabajo, una buena familia y muchos amigos. Esa seguridad me hace feliz”, explica en Oslo Anders Fladby, de 39 años.

El consolidad­o Estado del Bienestar hace que los escandinav­os no se preocupen mucho por su futuro, apunta Barstad. “Surgen pequeños problemas pero no creo que eso preocupe a la gente”, considera. Los nórdicos confían más que otros países en las autoridade­s, la policía y la justicia. Pero también los unos en los otros. Más del 75% de los noruegos creen que pueden confiar en sus conciudada­nos.

Según Barstad, a pesar de la ausencia de sol en períodos prolongado­s, hay pocos noruegos depresivos y tampoco son muchos los que sufren estrés. A los finlandese­s, sin embargo, los consideran melancólic­os. “Mucha gente en Noruega considera que somos más felices que los finlandese­s”, dice Barstad.

Sólo hay un pueblo nórdico al que los noruegos consideran más feliz, los daneses, que en los últimos estudios sobre la felicidad ocuparon el primer puesto y en este se quedan en segundo lugar. “Los noruegos sabemos que los daneses son el pueblo más feliz del mundo”, reconoce el sociólogo.

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