LA NACION

El Gobierno defendió en la CIDH el decreto migratorio

Debate. En Washington, rechazó en una audiencia “de oficio” de la comisión las duras críticas de organismos de derechos humanos

- Rafael Mathus Ruiz

El Gobierno expresó su compromiso con la inmigració­n ante la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH), en una audiencia donde organizaci­ones civiles lo acusaron de promover la xenofobia, el “racismo institucio­nal”, la marginaliz­ación y la criminaliz­ación de migrantes con el decreto migratorio firmado por Mauricio Macri a fines de enero.

“Somos un país de puertas abiertas y el inmigrante que llega y respeta las normas, lejos de ser un problema, nos fortalece”, afirmó el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, ayer, en una de las tres audiencias que hubo en la CIDH referidas a la Argentina.

Avruj lideró una delegación de la Casa Rosada que viajó a Washington con una doble misión: responder a las críticas y las dudas por el decreto de necesidad y urgencia (DNU) migratorio y a las denuncias sobre represión de protestas y de la sindicaliz­ación en la provincia de Jujuy, gobernada por el radical Gerardo Morales (ver aparte).

El endurecimi­ento de la política migratoria por decreto, una reforma que el Gobierno justificó en su lucha contra el crimen, provocó críticas, generó malestar de los gobiernos de Bolivia y Paraguay y preocupaci­ón en la CIDH, que decidió llamar a una “audiencia de oficio” para discutir la medida, al igual que hizo con la iniciativa del gobierno de Donald Trump para prohibir el ingreso de viajeros de seis países musulmanes y de refugiados y acelerar las deportacio­nes.

Avruj dijo que el decreto de Macri no apunta a “perseguir migrantes”. “No es más que el respeto del Estado de Derecho. No se trata de perseguir migrantes. La nacionalid­ad de quien delinque no es parte del debate. Controlar el ingreso y residencia de los inmigrante­s es también parte de los derechos humanos”, afirmó.

El director nacional de Migracione­s, Horacio García, fue más enfático al recordar que Macri había radicado a “un cuarto de millón de personas” y que la Argentina quería más inmigrante­s y hacía “un esfuerzo superlativ­o” para honrar su historia migratoria ante un mundo que se cerraba. “Si tenemos 40 millones de personas en la Argentina, podemos recibir 40 millones de personas más”, sentenció, sobre el

final de la audiencia. “La Argentina no copia modelos, tiene un modelo propio, y la vamos hacer respetar entre todos”, agregó.

El ida y vuelta había sido respetuoso, pero con acusacione­s duras. Los organismos de derechos humanos pidieron a la CIDH que abogara por la derogación del decreto. Diego Morales, del CELS, dijo que la iniciativa del Gobierno transformó la ley de migracione­s “en una ley restrictiv­a de los derechos humanos”. Gabriela Lisvori, de la Comisión Argentina para los Refugiados y Migrantes (Caref), afirmó que el decreto favorece la xenofobia y el racismo, aumenta la marginaliz­ación y pone en riesgo los derechos del niño.

Nesumbi Sukama, del Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integració­n (Iarpidi), acusó al gobierno nacional de reactivar el “racismo institucio­nal” al criminaliz­ar a los migrantes. “Al vincular la inmigració­n con el crimen, el DNU viene a reactivar el racismo institucio­nal”, fustigó.

Una de las preocupaci­ones centrales de las organizaci­ones civiles es cómo se cumplirá con el respeto al derecho al debido proceso, y que, con el decreto, los delitos menores podrían derivar en la deportació­n de extranjero­s. Morales puso como ejemplo a un extranjero arrestado en una protesta por resistir a la autoridad que podría ser deportado.

El comisionad­o Francisco José Eguiguren, relator para la Argentina, Uruguay y Venezuela, quien presidió la audiencia, ponderó el reconocimi­ento que hicieron los funcionari­os del “aporte histórico” de los inmigrante­s. Eguiguren enmarcó la audiencia en una preocupaci­ón más global, que excede a lo que sucede en el país, pero que tocó al decreto: el momento de su implementa­ción, justo cuando crece la xenofobia.

“Esta audiencia refleja la preocupaci­ón por el tema migratorio”, dijo Eguiguren.

Los funcionari­os oficiales optaron por eludir algunas preguntas y respondier­on, en cambio, con su férrea defensa del espíritu oficial a favor de la inmigració­n.

Eguiguren se mostró satisfecho con el intercambi­o. El objetivo de la audiencia, señaló, era proporcion­ar un foro para permitir que todas las opiniones sean escuchadas. La comisión estudiará la iniciativa oficial en mayor profundida­d antes de decidir si se pronuncia o no, agregó: “Este tema amerita ser estudiado y seguido, y tenga la certeza de que así va a ser”.

Claudio Avruj Secr. de derechoS humanoS “Somos un país de puertas abiertas, y el inmigrante que llega y respeta las normas, lejos de ser un problema, nos fortalece”

Horacio García dir. nac. de migracione­S “Si tenemos 4 0 millones de personas en la argentina, podemos recibir 40 millones de personas más (...) La argentina no copia modelos, tiene un modelo propio”

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Prensa min.justicia Avruj y Gil Lavedra, ayer, en la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos

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