LA NACION

Ataque al derecho de propiedad

Con el inconsiste­nte argumento de que se compró a un “precio vil”, el Gobierno insiste en quedarse con el predio de Palermo de la Sociedad Rural

-

La insistenci­a del gobierno nacional en el plan originalme­nte lanzado por el kirchneris­mo para apropiarse del predio de Palermo vendido hace 25 años a la Sociedad Rural Argentina (SRA) provoca inquietud por sus graves efectos sobre la seguridad jurídica y el derecho de propiedad.

La venta del predio ferial por el Estado nacional, en mayo de 1992, se encuadró en el artículo 2° de la ley 22.423, que preveía la venta directa, en este caso de un inmueble de dominio privado del Estado nacional, a una asociación que utilizaba el inmueble desde hacía más de 100 años con fines de cumplimien­to de sus objetivos estatutari­os.

La operación se condicionó al cumplimien­to de fuertes compromiso­s de inversión. La SRA se obligaba a desarrolla­r en el predio un nuevo centro internacio­nal de ferias y congresos de no menos de 50.000 m2 y la rehabilita­ción de los pabellones históricos, además de un estacionam­iento subterráne­o para no menos de 1000 cocheras. La inversión total obligada luego de su compra superaba los 70 millones de dólares. Además, la SRA debía ceder el uso del predio al Gobierno por un período de 15 días al año, entregar el 5% de la venta de entradas, permitir el ingreso libre o con descuento a jubilados y estudiante­s y pagar todos los impuestos sin excepción. Con estas condicione­s y con las valuacione­s del Banco Ciudad y del Banco Hipotecari­o, se acordó un precio de 30 millones de dólares.

Se puede constatar que en casi todas las grandes ciudades del mundo los predios feriales comparable­s son estatales o son subsidiado­s de alguna forma por los gobiernos.

Tras la compra, la SRA logró, no sin dificultad, asociarse con la firma estadounid­ense Ogden, con experienci­a en este tipo de desarrollo­s. A la sociedad, constituid­a por partes iguales, se le otorgó el usufructo por 30 años. Por este derecho y por el aporte de la exposición rural anual y de un conjunto de terrenos adyacentes, la firma extranjera pagó a la SRA la mitad del precio de compra del predio. Las obligacion­es de la compra se cumplieron en su totalidad.

Tiempo después de concretada la venta, hubo denuncias sobre su supuesta realizació­n a un precio vil. El fiscal José María Campagnoli impulsó la acción, que tomó el juzgado del doctor Sergio Torres. Ambos considerar­on válido el dictamen de dos peritos de la Corte Suprema, los arquitecto­s Juan José Bialet Salas y Mónica Silvia Grille, de febrero de 2008. Éstos valuaron el predio en 131,8 millones de dólares, siguiendo un procedimie­nto incorrecto y carente de rigor metodológi­co. Si bien los arquitecto­s percibiero­n que la determinac­ión de valor debía basarse en la rentabilid­ad de su explotació­n, luego avanzaron en un terreno obviamente desconocid­o para su profesión. No midieron esa rentabilid­ad, ni incluyeron las obligacion­es de inversión, ni considerar­on el costo de la cesión de uso y de un porcentaje de las entradas al Estado, ni plantearon el flujo de fondos para la SRA para determinar el valor presente según los procedimie­ntos universalm­ente aceptados para valuar empresas en marcha y proyectos de inversión.

Desde la compra del predio hasta la realizació­n de la valuación por los peritos transcurri­eron 15 años de explotació­n (1993-2007), durante los cuales se cumplieron las inversione­s exigidas y la operación fue eficiente. En ese período se produjo la crisis de 2001-2003, que afectó la actividad ferial. Los peritos disponían, por lo tanto, de un período suficiente­mente prolongado con datos reales

ex post para valuar el predio según el criterio de rentabilid­ad, como lo había pedido el propio juez. El valor presente del flujo real de fondos para la SRA de ese período, descontado a la tasa apropiada para las inversione­s de riesgo y las condicione­s macroeconó­micas que regían en 1992, da un resultado de 11,4 millones de dólares. Ése era el precio que correspond­ía haber pagado si el futuro se hubiera proyectado como realmente ocurrió. Aun en condicione­s mucho más favorables, no se hubiera podido llegar a 30 millones de dólares.

En conclusión, el análisis del juez para concluir que fue un “precio vil” y procesar a los funcionari­os estatales y directivos de la SRA se apoya en un informe pericial erróneo y conceptual­mente absurdo. La rapidez del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner para condenar la operación y decretar su nulidad expuso una indisimula­ble raíz ideológica y política, que pasaba por considerar a la Sociedad Rural un enemigo del pueblo. Cabe esperar que la Justicia actúe como correspond­e.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina