River está frente a un tema de diván: los campeonatos locales
El equipo millonario parece sentirse más cómodo en los certámenes internacionales y, pese a que el concepto le molesta a Gallardo, las estadísticas son irrefutables; hoy, juega con Lanús
Marcelo Gallardo está convencido de que el periodismo es más exigente con River que con el resto de los equipos argentinos. Pero al técnico hay algo que le molesta todavía más: a veces lo incomoda, y en otras lo enerva, escuchar o leer que su River subestima los campeonatos locales o que les dedica esfuerzos menores que a las copas. El Muñeco lleva dentro suyo un gen competitivo que no le permite relajarse ni cuando una o dos veces por semana pasa por las canchas de tenis del Monumental para intentar despejarse un poco pegándole a la pelotita. Sin embargo, hay algo que sí es incontrastable: desde que asumió, en junio de 2014, River se volvió un equipo especialista en competencias internacionales y no logró conseguir ningún campeonato local. En el ámbito doméstico obtuvo la última Copa Argentina, cuyo formato –con choques de eliminación directa– es más parecido al de los torneos internacionales que al de los torneos de liga, más bien de largo alcance.
Exigente a más no poder, Gallar- do vive como una de sus principales cuentas pendientes la imposibilidad de obtener un campeonato de liga. Tiene otras dos, claro: una, terrenal, es ganar un superclásico por torneos locales y, en lo posible, en la Bombonera, donde nunca pudo sumar de a tres como entrenador, y la otra, mucho más difícil de conseguir, el Mundial de Clubes, ese que se le negó en Japón en 2015, cuando perdió 3 a 0 la final ante el Barcelona de Messi, Suárez y neymar. Dicho esto, hasta para el propio técnico se trasformó en un enigma –una ausencia de diván– la falta de un campeonato local en su palmarés.
El tema, que también inquieta al plantel, no sólo es carne de debate en los pasillos del Monumental y en los foros partidarios en internet: suele ser motivo de charla entre el técnico y los jugadores, y también entre Pablo nigro, el psicólogo del plantel, y los futbolistas. Y se reinstaló luego del debut triunfal en la Copa libertadores, con un 3 a 0 lleno de autoridad ante el Deportivo independiente de Medellín, en Colombia, tras una actuación que contrastó con la pobre imagen que dejó el equipo en el 0 a 0 ante Unión, en el Monumental, en la reanudación del torneo local. ¿River se motiva más en la Copa? ¿River subestima al campeonato argentino? ¿Gallardo no logra sacar lo mejor de sus dirigidos en el plano local y sí en las copas? ¿los suplentes, que suelen tener protagonismo en el frente local, no están al nivel de los titulares? las preguntas brotan solas, empujadas por las evidencias de un equipo que responde de modos diferentes según las competencias que afronta. la situación, incluso, podría trasladarse hasta a los partidos de preparación, en los que River –por caso– ganó acaso el de mayor exigencia, ante Boca en Mar del Plata, y luego no supo imponerse en otros a priori menos complejos, como la derrota ante Aldosivi y los empates frente a San Martín, de San Juan, e independiente Rivadavia, de Mendoza.
“Mi mensaje es siempre el mismo: River tiene que tratar de ganar en todas las canchas y en cualquier circunstancia”, afirma Gallardo. lo que sí está claro es que el técnico decidió priorizar siempre las competencias internacionales y que River casi siempre pierde poderío cuando juega un equipo alternativo o un mix entre titulares y suplentes, como ante Unión. En esos casos, podría tratarse de una cuestión de rendimientos. Pero también existen razones más vinculadas con los aspectos psicológicos del juego entre los posibles motivos de las caídas de tensión en el frente doméstico. “no sabemos qué le pasa al equipo en algunos partidos del campeonato local. Por ahí tiene que ver con la mentalidad, con que no podemos lograr la misma tensión competitiva que en las copas, o que en Argentina los rivales nos conocen más”, reconoce por lo bajo un integrante del cuerpo técnico.
Para Enzo Francescoli, el secretario técnico de River, “es un tema difícil de dilucidar porque Gallardo es una persona exigente por naturaleza y no se permitiría relajarse en ninguna circunstancia”. En la misma dirección se expresa lucas Alario, el goleador del equipo: “Queremos ganar siempre y hacemos el máximo esfuerzo en todos los partidos. no sabemos por qué nos va mejor en las copas. lo único que sabemos es que este equipo quiere ganar cada vez que sale a la cancha”.
El River de Gallardo levantó cinco copas internacionales: la Copa Sudamericana 2014, con la que interrumpió una racha de 17 años sin títulos fronteras afuera; las Recopas Sudamericanas de 2015 y 2016; la libertadores 2015 y la Suruga Bank de ese mismo año. En cambio, en los campeonatos domésticos la productividad no fue la misma, casi como si se le hubiera vuelto un castigo aquella caída ante Racing, en Avellaneda, por la 17ª fecha del Torneo Transición 2014, un clásico en el que desperdició la chance de encaminarse al título por darle prioridad a los superclásicos de la Sudamericana que luego ganó. Finalizó segundo, con dos puntos menos que Racing. En el campeonato de 2015 finalizó noveno, con 49 puntos, quince menos que Boca, el campeón. Y en el Torneo Transición 2016 terminó noveno entre 15 equipos en el Grupo 1, con 18 puntos (San lorenzo ganó la zona con 34 unidades). Y en la general, sumando ambos grupos –aunque la medida no sea justa al haber tenido distintos rivales–, terminó en el puesto nº 19 de los 30 equipos.
Hoy River está a once puntos de Boca, el líder, con la posibilidad de ponerse a ocho si esta noche le gana a lanús como visitante. El partido asoma complejo, ideal para que River intente demostrar que el hecho de que la libertadores sea su prioridad de 2017, no lo hace cambiar el chip cuando sale a la cancha en el campeonato local.