LA NACION

Una apuesta a obtener rédito público de la acusación

- Hernán Cappiello

Cristina Kirchner se acerca por primera vez a ser juzgada por decisiones que tomó durante su gobierno y que para la Justicia constituye­n delitos. El juez Claudio Bonadio elevó a un tribunal la causa en que se juzgará a la ex presidenta por el delito de administra­ción infiel en perjuicio de la administra­ción pública.

Para el juez, fue Cristina Kirchner la que ordenó vender dólares en el mercado de futuros a menor precio que el de mercado cuando estaba en el gobierno, con lo que provocó un quebranto para el Estado y condicionó a la actual gestión de Mauricio Macri a pagar por esos contratos.

Es decir que pasó por encima de la supuesta autarquía del Banco Central e instruyó a la plana mayor de sus funcionari­os del área económica, la Comisión Nacional de Valores (CNV) y el directorio de la autoridad monetaria a dictar resolucion­es administra­tivas para permitir esta maniobra.

No se trata de un delito de corrupción. No se la juzga por quedarse con plata del Estado, sino por provocar un perjuicio económico a las arcas públicas con una decisión de política económica.

Se la juzgará por fraude, y para que exista, debe haber dolo, es decir, intención de provocarlo. Éste es uno de los desafíos que enfrentará la acusación a cargo del fiscal Diego Velasco: probar que existió la intención de perjudicar las arcas públicas. El fiscal Eduardo Taiano, cuando elevó el caso a juicio, lo puso en números: 55.000 millones de pesos fue el perjuicio y 77.000 millones la pérdida para el Banco Central.

El otro obstáculo a superar es el argumento de las defensas de que todo se trata de una decisión de política económica no judiciable.

Pero la Cámara Federal ya dijo que no es un tema político no judiciable, sino que hubo un delito cometido cuando se ofreció el dólar en el mercado de futuros a un precio que no era el de mercado. Los compradore­s, algunos ligados al actual gobierno, quedaron así fuera de la acusación.

Cristina Kirchner los sigue persiguien­do judicialme­nte en una causa paralela iniciada por diputados del kirchneris­mo que buscan que los imputen. De hecho, ayer Cristina Kirchner tuiteó que el vice jefe Gabinete Mario Quintana, cuando era CEO de Farmacity, compró esos contratos y que luego en el equipo del Gobierno fue uno de los que intervinie­ron en la decisión de la devaluació­n, con lo que se benefició, mientras la causa judicial contra ella es elevada a juicio.

Si se trata de un tema político no judiciable es una cuestión que no preocupa a la fiscalía: de hecho, el fiscal Velasco acaba de conseguir una condena en un juicio donde se discutía una cuestión similar. Carlos Menem fue condenado por el pago de sobresueld­os a sus funcionari­os. Fue una decisión de política económica, incluso el dinero para esos pagos estaba contemplad­o en el presupuest­o nacional, que es una ley del Congreso, pero, no obstante, esa conducta era delictiva.

La condena fue por fraude, el mismo delito del que se acusa a la ex presidenta. El otro antecedent­e es el caso Grecco, donde también se decidió el pago de una suma millonaria a un grupo económico en concepto de indemnizac­ión, que supuestame­nte parecía justificad­a, pero que resultó una acción delictiva, según concluyó un tribunal.

Éste es el primer triunfo político del macrismo en los tribunales, en estos tiempos donde Comodoro Py es territorio libre para los jueces federales. Esta causa fue impulsada por el corazón de Cambiemos.

Difícilmen­te el juicio oral ocurra este año. Los eventuales fueros que obtenga Cristina Kirchner en caso de ser candidata electa le podrían evitar un arresto, pero no una condena. Al juez Bonadio le bastó para elevar a juicio la creencia de la probabilid­ad de que la ex presidenta haya cometido un delito. Ahora estos elementos de prueba que tuvo el juez deben ser confrontad­os con la defensa en el proceso oral. Le basta al magistrado la mera convalidac­ión de la sospecha, pero el tribunal oral deberá pronunciar­se con una certeza, ya sea por la absolución o la condena.

Cristina Kirchner fue la principal interesada en que este caso sea ventilado en un juicio público lo antes posible. A pesar de que otros acusados apelaron su procesamie­nto, ella no lo hizo. Se allanó y pidió ser juzgada lo antes posible. Dijo que tiene la convicción de que un tribunal oral imparcial la absolverá.

Ya comprobó que los tribunales son un buen escenario para actos de campaña.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina