LA NACION

La fórmula se repitió en Londres: un lobo solitario y la firma de EI

Según el grupo extremista, el agresor era un “soldado” que actuó en respuesta del llamado a combatir contra las potencias; fue identifica­do como un ciudadano británico

- Agencias AP, DPA, AFP, ANSA y Reuters

LONDRES.– Las sospechas sobre los móviles del atentado que dejó cuatro muertos y 40 heridos en la capital británica se confirmaro­n ayer, con la reivindica­ción del ataque por parte de Estado Islámico (EI), que atribuyó la carrera mortal sobre el puente de Westminste­r y el Parlamento a un “soldado” de sus filas, un hombre leal a la causa que el grupo conduce contra Occidente.

Al mismo tiempo, Scotland Yard le ponía nombre a esa figura fantasmagó­rica que atropelló con una camioneta Hyundai a decenas de personas sobre el puente que cruza el Támesis hacia la zona del Big Ben y Westminste­r. Según la policía británica, el “soldado” de los islamistas se llamaba Khalid Masood, un hombre de 52 años, británico, fichado por delitos comunes y vinculado sólo de manera “periférica” al mundo del extremismo.

“El autor del ataque frente al Parlamento británico en Londres es un soldado de EI” y su acción respondió al llamado a atacar “a los países de la coalición” internacio­nal que bombardea a los combatient­es del califato en Siria e Irak, según indicó ayer Amaq, la agencia de noticias que difunde regularmen­te los mensajes de la agrupación armada.

Masood, que utilizó diversos alias a lo largo de su carrera delictiva, fue condenado en varias ocasiones por violencia, tenencia de armas y alteración del orden, aunque nunca por terrorismo. Su primera condena fue en 1983, por vandalismo, y la última en 2003, por tenencia de armas. Desde entonces no volvió a pasar por la cárcel y no despertó sospechas.

La policía hizo seis allanamien­tos y ocho arrestos en diversos puntos del país, sobre todo en Birmingham, la segunda ciudad de Inglaterra, donde residía el atacante y cantera de un sinfín de fanáticos integrista­s.

Los investigad­ores indicaron que la camioneta que conducía el agresor, una Hyundai Tucson, era un ve- hículo alquilado de una filial en Birmingham de la empresa Enterprise Holdings. “Un empleado confirmó el vehículo después de ver la patente en una imagen online. Hicimos otro chequeo y nos contactamo­s de inmediato con la policía”, dijo un vocero de la firma.

El jefe del contraterr­orismo británico, Mark Rowley, dijo que Masood actuó por su cuenta, como un “lobo solitario” con criterios y logística propios, aunque motivado por las banderas apocalípti­cas del terrorismo islámico que enarbola EI.

“Todavía sostenemos, como se desprende de nuestra investigac­ión, que este agresor actuó en solitario y fue inspirado por el terrorismo internacio­nal”, señaló Rowley.

Conexión

La primera ministra británica, Theresa May, confirmó la conexión islamista de Masood, que estaba fuera de los radares de los servicios de inteligenc­ia por ser una figura, al parecer, más bien menor.

Según el diario londinense The Guardian, unos 3000 ciudadanos británicos son monitoread­os por los servicios de inteligenc­ia, 500 de los cuales son observados con más atención y sólo un número limitado es objeto de vigilancia física.

“El hombre era nacido en Gran Bretaña y hace unos años fue investigad­o una vez por el MI5 en relación con una preocupaci­ón por extremismo violento. Era una figura periférica”, sostuvo May.

“No tenemos miedo, nunca vacilaremo­s frente al terrorismo”, dijo la jefa de gobierno tras un minuto de silencio en el Parlamento, que volvió a sesionar después de cancelar abruptamen­te los debates de anteayer en medio del incidente. “Mientras hablo, millones de personas estarán subiendo a trenes y aviones para viajar a Londres y ver por sí mismas la ciudad más grande sobre la Tierra –agregó–. Es en estas acciones, en millones de actos cotidianos, donde encontramo­s la mejor respuesta al terrorismo.”

El Parlamento hizo su minuto de silencio a las 9.33 en homenaje al agente muerto, Keith Palmer, de 48 años, un ex soldado del ejército con 15 años de experienci­a en la policía metropolit­ana.

Las autoridade­s corrigiero­n la cifra inicial de cuatro muertos y la bajaron a tres, sin contar al terrorista abatido por la seguridad del Parlamento. Pero ayer uno de los 29 heridos que seguían hospitaliz­ados falleció a causa de las heridas y la cuenta volvió a tres.

De las víctimas confirmada­s una fue identifica­da como Aysha Frade, una mujer británica de madre española, y otro como Kurt Cochran, un turista norteameri­cano que viajó a Londres a festejar su 25° aniversari­o de casamiento. Su mujer quedó internada con una fractura. La tercera víctima es un hombre de 75 años, que murió en el hospital.

Entre los heridos había ciudadanos de 11 países. Doce británicos, tres franceses, dos rumanos, cuatro surcoreano­s, un alemán, un polaco, un irlandés, un chino, un italiano, un norteameri­cano y dos griegos requiriero­n internació­n.

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La policía se mantuvo ayer en alerta máxima en las inmediacio­nes del Parlamento

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