La Flexibilización Laboral, Otra Victoria Para Temer
La Cámara de Diputados aprobó un proyecto que según los críticos contribuirá a precarizar el empleo
RÍO DE JANEIRO.– El presidente de Brasil, Michel Temer, se anotó una nueva victoria en su agenda de reformas estructurales luego de que la Cámara de Diputados aprobó un controvertido proyecto de flexibilización laboral que permitirá a las empresas tercerizar todos sus empleados y extiende el plazo máximo de los contratos de trabajo temporarios de los actuales 90 días a 180.
En una agitada sesión que incluyó gritos, insultos y ataques personales, la propuesta impulsada por el oficialismo cosechó 231 votos a favor, 188 en contra y ocho abstenciones. Para Temer, quien todavía debe sancionar el proyecto de ley, se trata de una de las tres piezas fundamentales para lograr que la economía brasileña vuelva a crecer, después de atravesar la peor recesión de su historia en los últimos dos años. Las otras dos grandes reformas económicas que el gobierno ha planteado fueron el congelamiento del gasto público por 20 años –ya aprobado el año pasado– y la modificación del sistema jubilatorio, la batalla más difícil y que aún no se sabe cuándo se someterá a votación en el Congreso.
Según la nueva ley, ahora los empleadores podrán subcontratar trabajadores para actividades primarias de sus empresas, y no sólo para tareas de apoyo como mantenimiento o seguridad.
Para el gobierno, el nuevo marco, que pone fin al régimen de la consolidación de leyes del trabajo establecido en 1943, durante la presidencia de Getúlio Vargas, dará dinamismo a la economía e incentivará las contrataciones tercerizadas. Para los opositores, la ley permitirá que las empresas despidan empleados y los reemplacen por trabajadores subcontratados, con salarios más baratos.
El proyecto, que en realidad data de la época del gobierno del socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), fue revivido por el propio presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, del partido Demócratas, aliado de la coalición que lidera Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). Antes de que pase al presidente, tendrá que ser ajustado a modificaciones propuestas por el Senado, que había aprobado el plan original en 2002.
“La aprobación de la tercerización fue el primer paso, un paso gigante, de las reformas laborales que van a ser implementadas”, afirmó Maia al celebrar el resultado de la votación.
Sin embargo, los números fueron inferiores a los que esperaba el gobierno, y ahora existe el temor de que la reforma del sistema de jubilaciones no llegue a contar con el respaldo que precisa en el Congreso.
La propuesta busca eliminar el actual sistema, que no requiere una edad mínima para jubilarse, apenas 15 años de aportes, y establecer como edad mínima los 65 años tanto para hombres como para mujeres, con contribuciones por 25 años para obtener el porcentaje mínimo de jubilación y aportes por 49 años para recibir el total.
Ante la luz verde que consiguió la flexibilización laboral, la Central Única de Trabajadores (CUT), ligada al opositor Partido de los Trabajadores (PT), convocó a un paro y movilización el próximo viernes 31. De acuerdo con sus líderes sindicales, la nueva ley “ataca todos los derechos como vacaciones, aguinaldo, jornada de trabajo y garantías de los acuerdos colectivos”.
“Simplemente se aniquilan las relaciones de trabajo desde el punto de vista del trabajador”, advirtió por su parte la diputada Jandira Feghali, del Partido Comunista de Brasil (PCdoB).
En tanto, el Ministerio Público del Trabajo adelantó que enviará una nota técnica a la Presidencia para pedir que la nueva ley sea vetada por el presidente, porque generará más inseguridad jurídica en el mercado de trabajo, que ya sufre con un récord de 12% de desempleo y afecta a más de 12 millones de brasileños.
La iniciativa votada ayer en el Congreso sí fue aplaudida por la poderosa Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), la mayor cámara patronal del país, para la que el nuevo marco legal supone “una victoria en el camino hacia un Brasil competitivo y con un ambiente de trabajo seguro”.