Por amor a Shakespeare y a los actores libres
Jorge Eines estrena un Macbeth para dos actrices, en una carrera entre España y la Argentina
residente en madrid desde 1976, el docente y director argentino Jorge eines construyó prácticamente su carrera allá, donde perfeccionó su técnica de trabajo, mantuvo una sala (ensayo 100), durante veinte años y volcó su pensamiento teatral en una serie de ensayos teóricos en los que expone con claridad lo que aprendió formando actores. entre otros libros, pueden mencionarse Hacer actuar, Repetir para no
repetir y Las 25 ventanas. desde hace algo más de una década sus visitas a Buenos aires lo muestran en su doble faceta de maestro y director. dicta seminarios y monta espectáculos con algunos de sus discípulos. También en varias oportunidades mostró en esta ciudad producciones que concretó con intérpretes españoles, como
Los paraísos perdidos, sobre textos de Jorge Luis Borges (Teatro nacional Cervantes), o Bodas de sangre, de Federico García Lorca (apolo).
eines cuenta que en madrid, cuando se aproxima el fin de semana, es muy común que la gente diga: “me voy a mi pueblo”. Y él hace lo mismo cuando regresa a la argentina. Éste, su pueblo, es donde se reencuentra con sus raíces y con su historia. Y repasa momentos con mucha intensidad. Como, por ejemplo, cuando después de montar una valorada puesta de Woyzec, de George Büchner, en los años 70, protagonizada por adrián Ghio y Cristina Banegas, que fue muy bien recibida por periodistas como ernesto schoo y Julio ardiles Gray (ambos entonces escribían en el diario La opinión), se ve obligado a salir del país. Tenía 26 años. “el ejército vino a mi casa y me asusté –cuenta–. decidí irme y si bien en 1983 pensé en volver, no lo hice. no se muy bien por qué.”
Hoy prefiere revivir aquellas situaciones sin nostalgia. se apoya en su trabajo. Cuenta que hasta el 8 de abril, día en el que volverá a españa,
tiene una agenda muy completa que incluye el reciente estreno de una experiencia en el Centro Cultural de la Cooperación, Macbeth, yo no
me voy a morir, basada en la obra homónima de William shakespeare y sólo recreada por dos actrices, Florencia Limonoff y Coni marino, y viajes a mendoza y santa Fe, donde dictará clases magistrales y un seminario para actores. su mayor interés con estas actividades: “Quiero esforzarme por que mis proyectos sean coherentes con lo que vengo exponiendo en las clases”.
Jorge eines logró desarrollar una técnica de trabajo asociada al ensayo y no a la representación. “si uno ensaya bien, representa bien – aclara el creador–. Peleo mucho para que se comprenda que la mala técnica sólo copia la vida o posibilita repetir lo que otro ya hizo. si en el ensayo aparece algo que no estaba, quiere decir que se está yendo por el buen camino. Cuando dirijo no tengo demasiado clara la puesta en escena definitiva. Tengo un
horizonte de puesta en escena. me gusta mucho ser muy cuidadoso en mi vínculo con el actor. dejo que vayan produciéndose cosas. no aguanto a los intérpretes que me hacen caso. necesito que sean libres. Y si no lo son, será muy difícil que trabajemos juntos.” Macbeth, yo no me voy a
dormir surgió a partir de una escena que las dos actrices mostraron en un seminario. eines les propuso investigar en la dificultad que existe al pasar del género femenino al masculino o viceversa. Limonoff y marino aceptaron el desafío y es así como en esta obra construyen a los personajes de macbeth, Lady macbeth, las brujas y Bancuo.
“estoy en un momento en que amo a shakespeare. es un autor al que dejé para la vejez –comenta el director–. no lo había hecho porque no me sentía capacitado. me daba vergüenza. Temía no saber conciliar la belleza de la construcción verbal con lo que le pido a un actor cuando trabajamos, que vaya de la palabra al cuerpo y del cuerpo a la palabra. si ves a la royal shakespeare Company en la mayoría de sus trabajos, observarás que se apoya mucho en la palabra. en cambio, cuando declan donnellan monta shakespeare lo hace desde el puro cuerpo. me gustaría ser como él.”
su primera experiencia shakespeariana se dio hace un par de años con Ricardo
III. Primero montó la pieza en madrid con actores españoles y el año pasado lo hizo en Buenos aires, en el Tinglado, con elenco local. “mis alumnos me llevaron de la mano para que le pierda el miedo a este autor. Yo no me cargo la palabra. La percibo y la elaboro de otra manera en su articulación con el cuerpo. en ese sentido el actor debe descubrir un cuerpo astuto. si la palabra consigue ser cuerpo, eso es maravilloso.”