Messi y Mercado, el obrero del fútbol: los dos que se mantuvieron a flote
El Nº 10 ahuyentó los fantasmas de los penales y el defensor fue la figura en Núñez
El día del reencuentro de los 4 Fantásticos, la nota más alta de la noche se la llevó un obrero del fútbol. Uno que acostumbra a lucirse en todos esos aspectos del juego que no necesitan inspiración: correr, trabar, meter, saltar, luchar. La lista de verbos en infinitivo acepta otros sinónimos para describir a Gabriel Mercado, el lateral que ahora juega en Sevilla pero que conoce muy bien la cancha en la que transpiró anoche. Y se adivinaba la presencia de hinchas de River, su viejo equipo, cuando el carrito de los golpeados se lo llevó de la cancha, justo cuando Argentina se abrazaba al triunfo como a un pulmotor. En esa ovación y su apellido multiplicado en las gargantas de los hinchas se explica en parte la genealogía del 1 a 0. Ya bien se explicó en la página 3 la influencia de Messi en el partido y cómo ahuyentó viejos fantasmas. Ahora quedará explayarse sobre un defensor que supo estar a la altura.
El partido de Mercado fue una síntesis: a la selección le sobró esfuerzo, eso que el defensor formado en el viento de Puerto Madryn puede ofrecer. Le tocó a él jugar un pie a pie con Alexis Sánchez, el mejor de Chile. Al principio le costó, pero al final de la noche no salió mal parado: lo bueno del 7 visitante, lo muy bueno, apareció cuando lograba arrancar lejos del costado que custodiaba el lateral.
El defensor se elevó anoche incluso por encima de Lionel Messi, el tótem del fútbol argentino. Un pasito apenas, sí, cimentado en un rendimiento
parejo de principio a fin. El capitán, vital al inicio, participó entre poco y nada del juego en el segundo tiempo, justo cuando Chile adelantó las líneas y tomó el control.
No fue una novedad que Mercado le ganara en el juego de los puntajes a Messi. En el Mundial de Alemania 2006, el entonces juvenil de Racing era parte del equipo de sparrings argentinos que ayudaba a la selección de José Pekerman, y como tal solía prenderse en partidos de PlayStation con Messi. Ambos tenían 19 años, aunque uno ya era una celebridad mundial y el otro, un muchacho acostumbrado a pelear por un lugar en las juveniles de la Academia.
Pero el juego frente a la tele igualaba al rudo y al talentoso, hasta que Mercado le ganó un partido y Messi, tan nene, tiró el joystick por la ventana, enojado como cuando pierde una pelota. La aventura germana terminó con los dos contentos: al final del Mundial, Messi le regaló sus botines a Mercado, que se trajo el tesoro a la Argentina.
Que Mercado se destacara, se dijo, tiene el mérito de haberlo hecho la noche de la nueva reunión entre Messi, Agüero, Di María e Higuaín, un póquer de ases que llevaba 1002 días sin coincidir en una cancha. La Argentina no tenía ese subidón de adrenalina desde el 25 de junio de 2014, en Porto Alegre, por el Mundial 2014. Ese día la Argentina le ganó 3 a 2 a Nigeria, con 2 goles de Messi y otro de Marcos Rojo. Y cerró primera su grupo.
Y cómo no pensar que todo es más simple cuando estos cuatro están desde el comienzo de un partido enfundados en celeste y blanco si con ellos como titulares la Argentina está invicta. Y durante ese tiempo convirtió 29 goles. ¿Cuántos hicieron ellos? 24, con el siguiente reparto: Messi (9), Higuaín (7), Agüero (5) y Di María (3).
La primera vez que compartieron la titularidad fue el 2 de junio de 2012, con Alejandro Sabella como entrenador. En aquel duelo contra Ecuador, por las eliminatorias para 2014, la Argentina goleó 4 a 0 y, casi como un presagio del encuentro explosivo, cada uno marcó un gol.
En la noche de los Cuatro Fantásticos, fue un obrero del fútbol el que se quedó con toda la ovación del Monumental.