El cambio de los Jaguares: pasaron del desconcierto al vértigo controlado
En los primeros cuatro partidos, mostraron una evolución en ataque; sin resignar dinámica, se muestran más serenos en la definición
Un año atrás, los Jaguares despertaban admiración aquí y en el exterior por el vértigo que le imprimían a su juego. Tries de toda la cancha, jugadas de incontables fases, off-loads, lujos. El ritmo era frenético hasta para el frenético Súper Rugby. Las tres derrotas tras cuatro partidos no preocupaban: todas por cinco puntos o menos ante equipos de elite. Pero llegó la gira por Nueva Zelanda, los oceánicos se cobraron cada mínimo error con puntos y las derrotas se empezaron a acumular.El equipo perdió la brújula y la euforia se transformó en descontrol.
Hoy, los Jaguares tienen un récord inverso (3-1). Sin dejar de considerar que los rivales no han sido de la misma valía, cabe rescatar que, ante situaciones similares, han respondido de otra manera. Sin resignar un ápice su aura de peligrosidad, muestran un aplomo considerable cada vez que atacan. Incluso, cuando hay varias facetas por mejorar, saben a lo que juegan y lo ejecutan con efectividad.
La frialdad de los números no alcanza para reflejar la realidad completa, pero sirve para marcar tendencias. Por ejemplo, como equipo los Jaguares están primeros en efectividad de rucks (97%) y en acarreos, segundos en metros recorridos con la pelota y defensores superados, y terceros en tries apoyados y cuartos en quiebres defensivos. La única estadística ofensiva en la que no están en el top 5 es en off-loads (figuran 8vos), pero allí tienen a tres jugadores entre los primeros cinco: Matera, De la Fuente y Tuculet.
Cualitativamente, esto se refleja en acciones lucidas, como el segundo try de Moyano ante Cheetahs, en el que la pelota pasó por las manos de más de medio equipo y en una ráfaga avanzaron 50 metros hasta el in-goal rival. El gran cambio respecto del año pasado es que han logrado un mayor balance en la delgada línea que separa el vértigo del descontrol.
Esta evolución responde a cuestiones emparentadas como la técnica y la mental. De un lado, la limpieza del
ruck ha sido prácticamente impoluta, y a partir de allí la fluidez del juego se da naturalmente; la salida del campo propio ha mejorado, evitándose arriesgar de más con las manos; igual con la defensa, todavía perfectible, que brinda mayor seguridad.
“Cambiamos dos cosas clave: la salida con el pie para poner el juego en el campo rival y la defensa”, justificó Nicolás Sánchez. “El año pasado intentábamos jugar más en nuestro campo y llegábamos ala zona de definición con mucho cansancio. Ahora llegamos con la frescura mental para la hora de decidir en ese momento clave. Y tenemos la confianza de que si entregamos la pelota, la podemos recuperar con la defensa”.
Respecto de lo segundo, la toma de decisiones viene siendo mucho más acertada: se despeja con mayor criterio, se cuida más la pelota en ataque, hay más variedad entre juego cerrado y desplegado. El equipo luce más confiado en su juego, y en esto no se puede desmerecer la tranquilidad que brindan las victorias.
“El equipo está mucho más maduro, más sereno. Tenemos la tranquilidad de que los puntos van a llegar, pero no de una manera pasiva, sino generando situaciones. Ser pacientes, pero activos. Todos tenemos un laburo en cada situación. Es una línea muy fina”, explicó Ramiro Herrera. “El año pasado había situaciones en las que entrábamos en descontrol y no sabíamos cómo salir. Queríamos resolverlas individualmente y lo pagábamos muy caro con equipos de gran nivel. Hoy se espera hacerlo en grupo, confiar en nuestra estructura y tener códigos para, en esos momentos de descontrol, bajar las revoluciones y volver a empezar.”
De a poco, las piezas se empiezan a acomodar. Mañana, los Reds plantearán un desafío inédito: será el primer equipo australiano al que enfrenten los Jaguares. Los antecedentes entre Pumas y Wallabies sirven como preludio de un partido de máxima intensidad. El nuevo sistema defensivo se verá expuesto como nunca antes. El aplomo para resolver las situaciones de ataque será determinante.