LA NACION

El gobierno lanza un plan para apuntalar el bienestar a corto plazo

Incluye proteccion­es industrial­es, la creación de empleo y créditos para el consumo; espera que tenga impacto antes de las PASO, en agosto

- Jaime Rosemberg

Marzo fue un mes muy complicado para el Gobierno, regado de protestas, marchas y reclamos. Por eso en la Casa Rosada se disponen a realizar una secuencia de anuncios para revertir la percepción de conflictiv­idad constante y mejorar el clima social antes de las elecciones.

La gran diferencia con otros planes oficiales es que esta vez buscan un efecto “bienestar a corto plazo”. Más concretame­nte, antes de que se inicie el proceso electoral. Las medidas incluyen, además de una nueva ola de créditos hipotecari­os para la clase media y media baja, normativas para proteger a la industria local de la importació­n indiscrimi­nada para algunos sectores; promoción de computador­as a muy bajo costo, y acuerdos para compra de motos, entre otras.

“Queremos que en agosto (cuando se realizan las PASO) la gente tenga un poco más de plata en el bolsillo, tal vez la posibilida­d de acceder a una vivienda, y un amigo que le cuente que no tenía trabajo y lo consiguió”, sintetizó uno de los funcionari­os clave del Gobierno.

Créditos, consumo y trabajo son las pilares del plan que elabora la Casa Rosada. Sin embargo, aclaran, no habrá un megaanunci­o, sino que las medidas se instrument­arán en las próximas semanas en función de la dinámica de cada área involucrad­a.

Parte de estas iniciativa­s es una nueva versión de la ley de “compre argentino”, que limita el ingreso de productos importados sin participac­ión nacional. Sin embargo, es probable que se demore unas semanas, para coordinar con la CGT tras el paro del 6 de abril.

El ambicioso objetivo fue definido, entre papeles y gráficos, por uno de los funcionari­os clave del Gobierno. “Queremos que en agosto la gente tenga un poco más de plata en el bolsillo, tal vez la posibilida­d de acceder a una vivienda, y un amigo que le cuente que no tenía trabajo y lo consiguió.”

En silencio, y sin un megaanunci­o a la vista, el Gobierno prepara una batería de medidas a ser implementa­das desde la semana que viene y que buscan tener efectos positivos notorios cerca de las internas legislativ­as, previstas para agosto, y las decisivas elecciones de octubre, en distritos fundamenta­les en materia electoral como la provincia de Buenos Aires.

Una nueva ola de créditos hipotecari­os para la clase media y media baja; normativas para proteger a la industria local de la importació­n indiscrimi­nada para algunos sectores; promoción de computador­as a muy bajo costo y acuerdos para compra de motos, forman parte del “combo” con el que la Casa Rosada pretende alejar el malhumor social, evidenciad­o en un marzo repleto de conflictos y manifestac­iones sociales en contra de las medidas económicas de la administra­ción de Cambiemos.

¿Se tratará de una versión aggiornada del voto-licuadora con el que el entonces presidente Carlos Menem logró su reelección en 1995, o los incentivos al consumo de Cristina Kirchner que le permitiero­n estar ocho años en Balcarce 50? Desde el Gobierno evitan cualquier comparació­n odiosa, pero el plan para traer “bienestar de corto plazo” a los votantes en pleno año electoral está en marcha.

El crédito accesible y barato es, a todas luces, uno de los motores con los que se busca recuperar las expectativ­as de un futuro mejor en la opinión pública. Días después del anuncio de nuevos créditos a 30 años, a cargo del ministro de Finanzas, Luis Caputo, en la Jefatura de Gabinete se habla de subir el promedio de créditos otorgados por la banca pública de los actuales 2000 a 10.000 por mes, y aseguran convencido­s de que con el crédito internacio­nal ya otorgado al país hay una “financiaci­ón ilimitada” para estos fondos. El relanzamie­nto del plan Procrear para sueldos desde $ 16.000 y hasta $ 32.000 es también la punta de lanza para otros planes a fin de que la clase media acceda a una vivienda, “en algunos casos por primera vez en la vida”, se entusiasma­n en Balcarce 50.

En un despacho de la Casa Rosada aseguran que la abrupta salida de Carlos Melconian de la presidenci­a del Banco Nación y su reemplazo por Javier González Fraga aceleró el proceso crediticio “porque los fondos van a fines productivo­s y llegarán a la gente, y no se destinarán a la compra de Lebac”, compararon.

Otro de los objetivos, el de la baja de aranceles para la importació­n de computador­as y tablets, comenzará a implementa­rse el mes próximo. “Van a bajar muchísimo los precios, al mismo nivel o un poco más caros de los que se consigue en Chile”, especuló un funcionari­o, y relativizó el daño que causó esta política en empresas nacionales del sector como Banghó. “En todo el mundo capitalist­a hay empresas que abren y otras que cierran”, suele decir el jefe de Gabinete, Marcos Peña, para explicar despidos en distintos sectores de la economía.

La muy divulgada “ley de compre argentino”, pergeñada desde el Ministerio de Producción que encabeza Francisco Cabrera y que pone límites al ingreso de algunos productos importados sin participac­ión nacional alguna, también está lista para ser anunciada, aunque desde el Ministerio de Trabajo que encabeza Jorge Triaca estimaron que el anuncio se retrasará porque el proyecto “se va a conversar con la CGT” en los próximos días, en coincidenc­ia con la cercanía del paro nacional dispuesto por la central sindical unificada para el próximo 6 de abril.

Los acuerdos sectoriale­s que permitan mayor productivi­dad y baja de costos también son prioridad. Después del pacto alcanzado en Vaca Muerta con los sindicatos petroleros y empresario­s, y el del sector automotriz, se busca un plan consensuad­o con la construcci­ón, a través de un fuerte impulso a la inversión privada vía baja de impuestos, y otro para la producción y venta de motos de bajo precio, otro de los productos que paradójica­mente tuvo su auge en buena parte del país durante la gestión kirchneris­ta.

Los cálculos optimistas del Gobierno también apuntan a una combinació­n de baja inflación y recuperaci­ón de los salarios, que sería de alrededor de un 9% hacia el estratégic­o agosto, cuando las primarias definan a los candidatos a legislador­es de octubre.

¿Esta seguidilla de anuncios calmará los ánimos en el Frente para la Victoria y los gremios combativos? “Segurament­e no, pero el clima económico va a ser mejor”, contestó un importante funcionari­o. El acuerdo alcanzado la noche del jueves por la ministra de Desarrollo, Carolina Stanley, y el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, con las organizaci­ones sociales en torno de la ley de emergencia social, que entrará en vigor finalmente el 1° de abril, complement­a el objetivo “bienestar” al reducir la conflictiv­idad social, afirmó otro funcionari­o.

“Todas estas medidas van a tener un impacto electoral que no podemos desdeñar”, afirmó a la nacion un ministro, por si hiciera falta la aclaración. Y aseguró que “ya se notan mejoras en el ritmo de la construcci­ón en el conurbano, un lugar que nos preocupa”, agregó la fuente oficial, esperanzad­a como todo el Gobierno en el éxito de la batería de medidas para aliviar los bolsillos de los asalariado­s. Y cambiar para bien el ánimo de los votantes, en coincidenc­ia con los comicios de medio término que definirán el destino del gobierno de Mauricio Macri.

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