LA NACION

deciden la indagatori­a del gobernador colombi

El mandatario correntino sería citado por interrumpi­r un allanamien­to

- Germán de los Santos

ROSARIO.– Las sospechas de complicida­d con el narcotráfi­co en Corrientes traspasan el límite de Itatí, donde fueron detenidos el intendente y el viceintend­ente, entre otros sospechoso­s. Las investigac­iones se centran ahora en la acción de las fuerzas de seguridad federales y provincial­es, en miembros de la justicia y del propio gobierno correntino.

Una fiscal federal analiza pedir la indagatori­a del mandatario provincial, Ricardo Colombi, por “obstrucció­n a la Justicia e incumplimi­ento de los deberes de funcionari­o público” por su irrupción durante los allanamien­tos realizados en la ciudad de Goya, en diciembre pasado. Ese operativo había sido ordenado por el juez federal de Reconquist­a, Aldo Alurralde, y terminó de manera escandalos­a con el arresto del comisario José Moyano, jefe de Drogas Peligrosas de Santa Fe, quien comandaba la diligencia judicial.

La declaració­n del policía fue “lapidaria”, según señalaron fuentes judiciales. Moyano dijo que su detención fue ordenada por el gobierno correntino , y ese testimonio ante la fiscal federal de Reconquist­a, Ana Bruno, compromete­ría al gobernador Colombi.

En medio de un clima preelector­al caliente en Corrientes, con el gobernador Colombi fuera de la carrera proselitis­ta tras 16 años en el poder, las sospechas de supuesta connivenci­a con el narcotráfi­co de los distintos engranajes del Estado se potencian, luego de que quedaran presos el intendente de Itatí Natividad “Roger” Terán y el presidente del Concejo Deliberant­e Fabio Aquino, y varios miembros de las fuerzas de seguridad.

La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, recordó que la banda de narcotrafi­cantes desbaratad­a en Itatí “era muy completa porque tenía dentro de la organizaci­ón al poder político; hay alguna conexión judicial, fuerzas de seguridad y todo esto completa un modelo de complicida­des muy importante”.

El descargo que hace el gobierno correntino, en boca del ministro de Seguridad Horacio Ortega, es que durante el kirchneris­mo se despobló de efectivos federales el control de “una frontera caliente” que tiene más de 600 kilómetros lindantes con Paraguay. Y aseguran que el gobierno anterior derramó miles de planes sociales para triunfar en localidade­s de la costa que está frente a Paraguay, como Paso de la Patria, Ituzaingó e Itatí.

Pero antes que estallara el escándalo en la llamada ciudad de la Virgen, Colombi fue protagonis­ta de un hecho inédito al interrumpi­r un operativo antidrogas en Goya. El enojo de Colombi, según afirmó, se debía a que los testigos para ese procedimie­nto habían sido juntados en la capital correntina, a 240 kilómetros de donde se realizaría­n los allanamien­tos. Pero a los investigad­ores tienen otra visión de esa trama.

La reacción del gobernador ocurrió cuando la policía santafecin­a se aprestaba a allanar la casa de Carlos Ramírez, quien se encuentra prófugo, y se proveía de Javier López, quien usaba el stud del Jockey Club, en calle Tomás Mazantti 77 en Goya, para acopiar la droga. Si la policía de Corrientes se llevaba los testigos, como pretendía el gobernador, se hubiesen anulado las detencione­s.

El juez Alurralde ordenó a la fiscal Bruno que abriera una causa para investigar al gobernador, expediente que está en el tramo final. La contundent­e declaració­n del comisario Moyano, a cargo del operativo en Goya, sería la base para pedir la indagatori­a de Colombi y de policías correntino­s que se llevaron preso al jefe antidrogas de Santa Fe.

Pero además, el juez abrió otra causa para seguir la complicida­d policial de las fuerzas provincial­es y federales con esta banda que llevaba la marihuana por el río Paraná desde Goya al puerto de Reconquist­a. Alurralde recordó en el fallo de procesamie­nto de la banda de López que antes de que se concretara la detención de esta organizaci­ón pidió a la Policía Federal de Corrientes que allanara los domicilios de ese sospechoso y de Ramírez, pero que esos efectivos no encontraro­n a nadie ni tampoco rastros de droga.

El viernes pasado, tras el operativo Sapucay, fueron pasados a disponibil­idad de 15 efectivos de la Región VIII de la Policía Federal, entre ellos oficiales de alto rango que coordinaba­n actividade­s en las provincias de Corrientes, Formosa, Paso de los Libres, Posadas, Presidente Roque Sáenz Pena, Puerto Iguazú y Resistenci­a.

La “depuración” de la delegación de esta fuerza se produjo luego de que en las órdenes de detención del juez federal N°12 Sergio Torres figurase el subjefe Rubén Ernesto Ferreyra y el sargento Carlos Víctor López. En la sede policial se secuestrar­on 17 panes de marihuana sin registro de decomiso.

De acuerdo con fuentes de la investigac­ión, estos efectivos se movían como verdaderos narcos. Pagaban a los informante­s con la droga que luego incautaban en operativos que los “buchones” apuntaban y además se sospecha que pedían rescate por el estupefaci­ente secuestrad­o a los mismos narcos.

En el operativo Sapucay encontraro­n también dos panes de marihuana fraccionad­os en el cajón del escritorio del comisario Osvaldo Ocampo Alvarenga, destinado por la policía local en Itatí. Justicia bajo la lupa

En tanto, la Cámara federal de Corrientes apartó al juez federal Carlos Soto Dávila de siete causas por narcotráfi­co. Ese tribunal cuestionó las excarcelac­iones que libró el magistrado a los imputados, entre ellos a Hernán Aquino, hermano del viceintend­ente de Itatí, quien había sido apresado dos veces con drogas antes de caer con 521 kilos de marihuana el 20 de febrero pasado.

En octubre pasado los fiscales federales Carlos Schaefer y Sergio Ferrín denunciaro­n penalmente al juez federal Nº 1 y a uno de sus secretario­s, por un presunto beneficio a un sospechoso de narcotráfi­co. “Todo está bajo la lupa pero hay que aportar pruebas. Hoy se cuestiona todo porque hay una presión mediática tremenda a nivel nacional. En Corrientes se está mezclando lo político por las elecciones a gobernador de este año y hay una turbulenci­a terrible”, explicó Soto Dávila y señaló que su juzgado llevó adelante importante­s causas de narcotráfi­co.

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