LA NACION

Se dificultan los acuerdos con los docentes

A tres semanas del conflicto, las negociacio­nes siguen empantanad­as y con amenazas de paros en varias provincias

- Marcelo Veneranda

Buenos Aires. Pocas expectativ­as para la reunión del martes

Con la mira puesta en la mesa técnica salarial convocada para el martes, el gobierno bonaerense de María Eugenia Vidal iniciará mañana los contactos informales con los gremios docentes. Es en estas conversaci­ones, y rara vez en la reunión ante las cámaras, donde se suelen encontrar las soluciones o los fracasos que luego se escenifica­n. Hasta ayer, sin embargo, ni en la gobernació­n ni en los sindicatos sobraba optimismo.

Salvo el improbable escenario en que el director general de Cultura y Educación bonaerense, Alejandro Finocchiar­o, saque un as de la manga en las conversaci­ones de mañana, todo parece indicar que el gobierno bonaerense seguirá abonando el rumbo de las últimas semanas: apostar al desgaste de la protesta en las bases antes que elevar la oferta salarial.

Para los gremios, la prioridad para iniciar cualquier conversaci­ón sigue siendo la misma: recuperar los puntos del salario que se perdieron el año pasado frente a la inflación. Y la solución, dicen, debería venir del mismo lugar que en 2016: que la Casa Rosada aporte los fondos que le faltan a Vidal.

Subrayan que el año pasado la provincia comenzó ofreciendo un 25% de aumento y terminó acordando un 34,6%, luego de la asistencia de la Nación. “Este año empezaron en 18% y luego de tres semanas están en 19%”, resumen.

Cerca de la gobernador­a siguen convencido­s, como el primer día, de que la extensión de la protesta, que mañana iniciará su cuarta semana, se explica por la intenciona­lidad política de los sindicatos. Roberto Baradel, líder del Suteba, continúa concentran­do los dardos.

Además de esa convicción, en La Plata se repite desde hace semanas la misma sentencia: cada peso de aumento para los maestros deberá restarse al plan de obras de infraestru­ctura, una de las prioridade­s que asumió Vidal desde el día cero. Además de atender las urgencias obvias que padecen los bonaerense­s, la gobernador­a quiere demostrar a los vecinos (y al PJ) que la provincia sí puede hacer obra pública.

Explican que si Vidal les diera a los gremios cada punto del aumento que reclaman, eso implicaSAN sacar de la galera unos $ 45.000 millones. Es un 50% más que todo el presupuest­o de obra pública de este año.

Ese juego de suma cero sirve para entender el prolífico arsenal de iniciativa­s que Cambiemos ensayó para desgastar la base de la protesta: desde el llamado a los voluntario­s para dar clases y la identifica­ción de Baradel como epicentro del conflicto hasta la amenaza de descontar los días de paro y su contracara: el premio excepciona­l de hasta $ 1000 para quienes no hicieran huelga, dos apuestas que frenó la Justicia en primera instancia.

La decisión de recuperar los días de clase perdidos durante el receso invernal, anticipada ayer por la nacion, se suma a esa batería.

“Vidal se equivoca: pueden seguir apostando al desgaste, a dividir a los gremios, a demonizar a Baradel, a llamar a voluntario­s o castigar a los que paran, pero si no aumentan los sueldos el conflicto va a durar todo el año”, resumió un referente de los docentes. Paritarias en noviembre

Sin haberlo conversado, tanto el gobierno bonaerense como los gremios coinciden en algunas enseñanzas que dejará la fallida paritaria de este año. La primera: anticipar el llamado a negociacio­nes para 2018. “Vamos a convocar a los gremios en noviembre”, adelantó un funcionari­o de Vidal a la nacion.

Desde los gremios concuerdan, aunque señalan que fue lo que intentaron en agosto pasado, cuando reclamaron la reapertura de las paritarias ante el avance inflaciona­rio.

Cerca de Vidal descuentan que el marco de este año será distinto y por varias razones: en primer lugar, porque esperan que la inflación de 2017 no alcance los niveles de 2016 y permita prever el nivel de precios de marzo. En segundo, porque creen que los pobres resultados del Plan Aprender 2017 colaborará­n en marcar la necesidad de un inicio de clases ordenado.

En tercer lugar porque dicen que este año lograron exponer cómo se manejan los gremios en las negociacio­nes. “Vamos a hacer públicas las instancias. Quedará en claro cómo es la extorsión de los sindicatos”, señaló un alto funcionari­o. Los gremios descuentan que la apuesta por el desgaste vino para quedarse.

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