Estudiantes intenta, pero le cuesta
A pesar de haber estado dos veces arriba en el marcador, no pudo con Rafaela
RAFAELA.– La derrota de Boca, un golpazo sufrido en la Bombonera contra un adversario inferior como Talleres, le abrió la puerta de la esperanza a un grupo de equipos que andaban de capa caída. Uno de ellos es Estudiantes, que luego de un comienzo de torneo sensacional (ocho victorias y dos empates en los primeros diez partidos), se quedó sin energía, sin lucidez. Le costó volver, más allá del extenso y traumático receso que sufrieron todos sus colegas. Tiene buenas intenciones, aunque no le alcanza para pelear, para volver a ser protagonista. La victoria justa y necesaria contra Patronato, de una semana atrás, le provocó entusiasmo, al acercarse a Boca. Duró un suspiro: el 2-2 de anoche ante Atlético de Rafaela desnudó sus limitaciones. Dos veces estuvo arriba en el marcador, dos veces se incli- nó. El elenco santafecino, al borde del descenso, hace lo que puede: no es poco, tampoco mucho. Estudiantes tuvo el control del partido, tuvo la templanza para no caerse, pero cada confusión defensiva le cuesta demasiado. Ganaba (un buen remate de otero), le empataron (Gudiño, de cabeza), ganaba otra vez (Toledo, de palomita), le empataron nuevamente (campi, luego de una salida en falso de Sappa, el joven arquero). El León, en la teoría, pelea el campeonato; tiene plantel para hacerlo. En la práctica, trastabilla, se desinfla. Deja de creer con llamativa facilidad. Respaldado en dos parejas de sabuesos, como Desábato y Schunke, en la defensa, y Damonte y Ascacibar en el medio campo, Estudiantes suele vestirse de atrás hacia adelante. Sin embargo, ahora, no cierra con candado lo que antes era su marca registrada. Lo consiguió Rafaela, en su cancha, que juega con temple, más allá de su destino.