Un mundo de exclusiones
“‘El mundo del arte’ no es el mundo del arte. Con esto quiero establecer una diferencia fundamental entre la red de legitimidades, existencia, cotizaciones y prestigio que establecen museos, galerías, coleccionistas, premios y críticos, y el universo de la creatividad artística que se desarrolla en distintas partes del mundo y que en muchos sentidos está ausente del universo artístico legítimo y representado por el circuito del arte. Las exclusiones son al menos tres. En un sentido internacional son más los países ausentes o escasamente representados que los presentes. Al interior de los países, no todas las ciudades o regiones están representadas. En términos nacionales e internacionales la presencia de las artistas mujeres no constituye, con suerte, más del 16% en las colecciones institucionales. Aun cuando las bienales permiten visibilizar a artistas de países que hasta ahora estaban ausentes, esta representación no se refleja en las salas de los museos del circuito principal de mundo del arte. El mundo del arte es decepcionante por su carácter excluyente.”
¿QUÉ PROPONDRÍAS?
“Ampliar ese universo requiere de un cambio de concepto. Requiere cuestionar todo el relato del arte moderno como discurso naturalizado. Requiere comprender que la historia del arte de los libros es ‘una’ historia y no ‘la’ historia, y que existen muchas otras historias, otros relatos que merecen ser contados. El problema no radica sólo en los museos centrales. No sólo ellos operan sobre la restricción. Los museos de arte latinoamericanos que sólo coleccionan arte nacional del siglo XIX y XX son también ejemplos. Forman a sus públicos desde una perspectiva restrictiva, que excluye expresiones incluso de otros países de la región. Se trata también de transformar las formas de pensar la creatividad y de entender los museos como espacios de conocimiento más que de consagración. Otras historias pueden ampliar los marcos hacia un mundo capaz de incluir otros mundos, otras representaciones, otras sensibilidades.”