Las segundas partes tampoco son buenas para Tabaré
Las presiones internas del Frente Amplio complican al presidente, pese al buen rumbo económico
MONTEVIDEO.– Baja el apoyo, crece el descontento, disminuye la popularidad de los líderes y aumenta el tironeo interno del gobierno para presionar por decisiones políticas. Y todo eso ocurre mientras Uruguay confirma, como informó en estas horas, que la economía completó 14 años seguidos de crecimiento económico y abrió 2017 con perspectivas de mejora. De esa manera, el período positivo se estiraría hasta alcanzar una década y media.
Al cumplirse dos años del comienzo de la segunda presidencia de Tabaré Vázquez, sólo un 28% aprueba su gestión, una baja respecto de los meses anteriores que muestra disconformidad incluso de una parte de sus votantes. Tabaré había comenzado su mandato con el apoyo de más de la mitad del electorado.
El director de la encuesta de Equipos Consultores, Ignacio Zuasnabar, dijo a la nacion que “en los últimos meses se aprecia una fuerte molestia de algunos segmentos de la población por los incrementos de las tarifas de los servicios públicos y los ajustes impositivos”. Agregó que “esta molestia se combina con una percepción de que la calidad de los servicios públicos y de la gestión pública, en el sentido amplio, ha disminuido sustantivamente”.
La economía crece, lo que no significa que no haya problemas: el PBI aumentó 1,5% en 2016, pero el nivel de empleo se redujo en 2015 y en 2016, y en esos dos años el ingreso familiar perdió poder adquisitivo.
“Esto complica al gobierno, al presidente y, particularmente, al equipo económico, que reciben los mayores niveles de crítica de los últimos años”, añadió Zuasnabar.
El Frente Amplio, que gobierna Uruguay desde marzo de 2005, celebró ayer el 46° aniversario de su primer acto público, cuando todos los partidos y sectores de izquierda se coaligaron con disidentes de los partidos tradicionales para dar forma a una alianza que ha sido uno de los proyectos de izquierda más exitosos del continente.
El acto estuvo precedido de ásperas discusiones por la lista de oradores (cinco hombres, una mujer), que se había votado por mayoría. Ante las críticas, varios oradores desistieron de hacer su discurso y se acordó un escenario con dos hombres y dos mujeres. El diferendo no fue anecdótico, sino un ejemplo de lo que pasa dentro del Frente Amplio.
En estos días, hubo dos conflictos adicionales al del acto. Uno fue por el decreto del presidente que prohíbe los piquetes en calles y rutas. Fue rechazado por varios sectores del oficialismo, que ya tramitaron una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Otro fue porque grupos frenteamplistas salieron al cruce de la cancillería, que adhirió a una declaración de varios países por los derechos humanos en Venezuela. La mayoría del Frente, con “Pepe” Mujica a la cabeza, defiende al movimiento chavista.
También hay cuestionamientos por casos, durante el gobierno de Mujica, que la oposición denuncia como corrupción. Vázquez ha desmantelado planes impulsados por Mujica que quedaron inconclusos y eso retroalimentó la puja interna del oficialismo.
La desaprobación del gobierno se da cuando los trabajadores comenzaron a pagar el ajuste fiscal que consistió en suba del impuesto a la renta personal. La encuesta, además del 28% que aprueba la gestión, arrojó que el 44% la desaprueba y el 25% tiene una opinión neutra.
La diferencia entre aprobación y desaprobación se volvió particularmente negativa; desde que el FA está en el gobierno, sólo una vez había tenido un saldo negativo (en diciembre de 2013), pero en este tercer gobierno la desaprobación se ha vuelto una constante.
La valoración negativa del gobierno de Vázquez se da en simultáneo con una baja de adhesión al Frente Amplio, que hace años registraba niveles de entre 42% y 44% como piso, y ahora está en un tercio del electorado (32%), seguido por el Partido Nacional, con 27%, y el Partido Colorado, con 7%.