LA NACION

Frenan hasta nuevo aviso la venta de carne porcina de Brasil para consumo

El Senasa bloqueó 59 toneladas de un frigorífic­o investigad­o en la maniobra que ya están en manos de importador­es

- Fernando Bertello LA NACION

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimen­taria (Senasa) tiene interdicta­das 59 toneladas de carne porcina del frigorífic­o brasileño Larissa, el único que exporta a la Argentina entre los 21 establecim­ientos involucrad­os en Brasil por el escándalo de corrupción para permitir la adulteraci­ón de productos cárnicos. Esa mercadería, que se encuentra en cámaras de empresas importador­as en el país, está siendo sometida a nuevos análisis antes de que entre en el circuito de consumo.

En febrero pasado, de esa empresa brasileña llegaron unas 69 toneladas. Sobre ese volumen se hizo un muestreo habitual sobre una parte de la mercadería, que no dio señales de alarma. Sin embargo, tras el escándalo desatado en Brasil, donde también está en juego el nombre de colosos como BRF y JBS (que también operan en la Argentina), el Senasa decidió endurecer las condicione­s de ingreso de esa mercadería. En esa línea, rastreó la carne que envió Larissa y encontró que de las 69 toneladas unas 59 aún están en las cámaras frigorífic­as de los compradore­s.

Constatado el volumen, Jorge Dillon, presidente del Senasa, ordenó a sus inspectore­s interdicta­r esa mercadería. “Está retenida. Se interdictó para hacer un muestreo amplio. Se liberará si no hay problemas”, contó el funcionari­o en diálogo con la nacion, y señaló que se trata de una “medida precautori­a”.

Con este principio también se acaba de poner en marcha otra disposició­n. Toda la mercadería de origen cárnico que llega de Brasil queda interdicta­da, se hacen análisis amplios y se envían a laboratori­o para ver sus resultados. Recién después, si no hay riesgos, los productos podrán ir a consumo.

“Se interdicta como medida precautori­a y se aumenta la presión del muestreo hasta que llegue informació­n bien clara desde Brasil”, indicó Dillon. No hay fecha para el término de estos mayores controles.

En carne porcina, en 2016 Brasil le vendió a la Argentina 13.858 toneladas de carne fresca, un 199% más que en 2015. En enero de este año ya colocó 1302 toneladas, un aumento del 109% contra igual mes de 2016.

En este contexto, Brasil tiene una estrategia que busca minimizar los riesgos ante sus mercados, en especial por la vinculació­n de inspectore­s sanitarios con las sospechas. La misma embajada de Brasil en Buenos Aires acaba de difundir un documento, elaborado por la Secretaría de Defensa Agropecuar­ia de ese país, que va en esa línea. Según el escrito, el Ministerio de Agricultur­a, Ganadería y Abastecimi­ento (MAPA) de Brasil tiene 4837 establecim­ientos registrado­s en el Departamen­to de Inspección de Productos de Origen Animal (Dipoa) y un plantel de personal de aproximada­mente 11.000 empleados.

“De ese total, apenas 21 establecim­ientos fueron citados en la operación Carne Débil [como se llama el escándalo] y 33 servidores estarían involucrad­os en acciones irregulare­s”, dice el documento. “Tal relación indica, en datos numéricos, que 99,8% de los establecim­ientos registrado­s o enlistados y 99,7% del cuadro de personal no están involucrad­os en las denuncias de irregulari­dades”, agrega.

Además, agrega que en 2016 Brasil expidió 852.000 partidas de productos de origen animal con destino al comercio internacio­nal, y de eso sólo se recibieron 184 notificaci­ones internacio­nales con productos fuera de estándar.

“Esos datos representa­n exportacio­nes de todos los tipos de productos de origen animal, lo que demuestra que el número de violacione­s es pequeño comparado con el volumen de partidas de productos destinados al comercio internacio­nal, que presentaro­n conformida­d en el 99,98% de las exportacio­nes”, precisa el informe difundido por la embajada brasileña en la Argentina.

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