A juicio por traficar precursores químicos a Bolivia
Fallo. Son dos hermanos sirios a los que el ex juez Reynoso benefició con amparos
La Justicia federal tucumana dejó al borde del juicio oral a dos empresarios sirios detenidos el año pasado en la localidad salteña de Salvador Mazza con 80 toneladas de precursores químicos para la fabricación de cocaína, con los que abastecían a varias “cocinas” de droga, entre ellas, una que fue escenario de un doble crimen. Uno de ellos había sido beneficiado con sospechosos amparos que le permitían eludir cupos aduaneros por el destituido juez de Orán Raúl Reynoso.
Según informó la Procuración General de la Nación y publicó la agencia de noticias Télam, se trata de los hermanos Barakat y Fadel Barakat, a quienes se les confirmó el procesamiento con prisión preventiva por “producción, fabricación, extracción o preparación de estupefacientes, agravado por la participación en su consumación de tres personas organizadas para cometerlo, y de almacenamiento de materias primas para la fabricación de estupefacientes”.
La medida fue dispuesta por la Cámara Federal de Tucumán, integrada por Ricardo Mario San Juan, Ernesto Clemente Wayar y Marina Cossio, que dejó firme dos decisiones adoptadas por el juez federal subrogante de Catamarca Ricardo Antonio Moreno.
La investigación fue iniciada por los fiscales catamarqueños Santos Reynoso y Rafael Vehil Ruiz, con la asistencia de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar).
El 16 de julio de 2016 se allanaron dos domicilios de los Barakat en Salvador Mazza. Allí, cerca de la frontera con Bolivia, se encontraron 80 toneladas de bicarbonato de sodio, sustancia usada como precursor químico para fabricar cocaína.
Según el informe de la Procuración, se logró determinar que habían enviado un barril de 25 kilos de lidocaína, dos de 25 kilos de manitol y uno de 25 kilos de Analgin DAB 10 o Dipirona Sódica DAB 10 –todas usadas como sustancias “de corte”– a un laboratorio de fabricación de cocaína que funcionaba en la localidad catamarqueña de Icaño.
En ese lugar, el 13 de diciembre de 2010, fueron hallados muertos Ángel Chame, de 76 años, e Hiladia Vallejos, de 70. La pareja había sido asesinada cuchilladas y tiros de escopeta luego de que les robaran joyas, dinero y teléfonos. Al revisar la escena del crimen la policía descubrió, en una habitación, una “cocina” de droga donde se había casi tres kilos de cocaína, gran variedad de precursores químicos y 90 kilos de sustancias de estiramiento que tenían una etiqueta con el nombre “Barakat Barakat”.
Aparentemente, un familiar de aquella pareja, que vivía en Salta, hacía de nexo entre ellos y los hermanos sirios y una vez por semana viajaba a Icaño en autos de lujo, que llamaban la atención en la zona, de sólo 2100 habitantes.
La reconstrucción de la cadena de comercialización llevó a determinar que parte de las sustancias de estiramiento halladas habían sido compradas por los Barakat, ya que figuraban sus nombres en los remitos. Uno de los hermanos tenía un listado que era una suerte de “catálogo” en el que las sustancias prohibidas llevaban nombres falsos: el manitol era “leche en polvo”; la lidocaína, “azúcar”; la cafeína, “harina” y el bicarbonato, “maizena”.
En su indagatoria, Barakat Barakat, que negó que su actividad fuera ilegal, señaló que él vendía bicarbonato “a granel” y que los bolivianos lo fraccionan”. Gracias a un amparo contra la Aduana de Pocitos que le concedió el juez Reynoso, pudo movilizar de forma ilimitada camiones por la frontera. En cinco meses de 2010 pasó 800 camiones de “maíz”.