LA NACION

¿Qué se hace con la droga incautada?

La incineraci­ón de las sustancias secuestrad­as debería gozar de la misma difusión masiva que la captura de los narcotrafi­cantes

-

La lucha contra la droga siempre es despareja y quienes corren con ventaja son las bandas de narcos. De ahí la importanci­a de los procedimie­ntos para combatirla­s, que muchas veces requieren años de investigac­ión, con agentes infiltrado­s.

Claudio Izaguirre, titular de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, advirtió: “Algunos creen que lo decomisado es el 10 por ciento de lo que circula, otros hablan del 2,5%; yo me inclino por este último porcentual”. Recordemos que la medida de peso utilizada para contabiliz­ar un cargamento tiene su correlato en un valor económico varias veces millonario.

Los años de desidia, inacción y abandono en materia de políticas de seguridad tuvieron su contrapart­ida en escasos decomisos en 2014 y 2015, siendo que desde 2008 no había indicadore­s reales de narcotráfi­co. En 2016, las incautacio­nes aumentaron un 700%.

En Misiones se logró, en noviembre pasado, un decomiso récord: cinco toneladas de marihuana. En diciembre último, tras un año de investigac­ión, se produjo el mayor decomiso de 2016: casi ocho toneladas que circulaban por la hidrovía, en el operativo bautizado como Narco Buque. Celebramos estas acciones, por cierto.

Mientras tanto, muchos se preguntan cómo continúa el derrotero de las sustancias secuestrad­as en un procedimie­nto y qué precaucion­es se toman para garantizar que la droga no vuelva a entrar en el perverso circuito de venta para el consumo, como se verificó en un resonante allanamien­to a la jefatura de la policía de Córdoba, en septiembre de 2013, que produjo el descabezam­iento de la cúpula e incidió luego en las protestas policiales que dejaron desprotegi­da la capital de la provincia. En aquella oportunida­d se encontraro­n estupefaci­entes sin clasificar en la propia Dirección de Drogas. El fiscal actuante afirmó que quizá “la tenían para cargársela a personas que ellos buscaban compromete­r. Y tenían también armas con numeración limada que carecían del acta de secuestro”.

Hoy, la voluntad política es muy clara: “La droga que incautamos se quema”, afirmó recienteme­nte Patricia Bullrich, quien ha encabezado procedimie­ntos de incineraci­ón que en todos los casos, dados los graves antecedent­es, deberían ser no sólo públicos, sino también ampliament­e difundidos y controlado­s para certificar que las sustancias quemadas son las decomisada­s y no otras tramposame­nte incinerada­s en su lugar.

El Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires otorga a los funcionari­os de policía, entre otras atribucion­es, la de cuidar que los rastros materiales que hubiera dejado el delito sean conservado­s y que el estado de las cosas no se modifique hasta que llegue al lugar el Ministerio Público Fiscal. Va pues de suyo que la destrucció­n de lo secuestrad­o en el marco de un proceso judicial será dispuesta por la sentencia que se dicte.

Es así como, una vez verificada y constatada la existencia de la droga, los cargamento­s incautados deben quemarse públicamen­te. La eliminació­n debería alcanzar la misma difusión que suelen tener las capturas. El sitio web de la Policía Federal da prolija cuenta de numerosos procedimie­ntos antidroga, pero no se ve en él igual registro de incineraci­ones.

El secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, afirmó recienteme­nte que si no se tomaran las decisiones correctas en el combate contra el narcotráfi­co, en sólo cinco años podríamos desembocar en el infierno que vivió Colombia. Hay mucho por hacer y la decisión política, que en este campo es fundamenta­l, debe ser acompañada de procedimie­ntos rigurosos en todas las etapas.

Frente a la amenaza visible del narcoestad­o, cuyo espectro asomó recienteme­nte en escala municipal en Itatí, deben extremarse los recaudos. Sólo deberán considerar­se finalizado­s aquellos operativos que entreguen los delincuent­es a la Justicia y que aseguren, en forma clara y definida, el destino de lo incautado.

Es preciso que la droga que se secuestra en los procedimie­ntos no vuelva a reingresar al circuito ilegal

La destrucció­n de las sustancias decomisada­s debe ser objeto de una amplia difusión

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina