LA NACION

Pizarrón y pases cortos Por qué Centurión es la bandera del Mellizo, su jugador emblema

- Christian Leblebidji­an

R icardo Centurión es un jugador tan desequilib­rante en el

mano a mano desde su velocidad, amagos y gambetas que los rivales son capaces de cometerle tantas infraccion­es como un equipo entero hace, al mismo tiempo, en otra cancha. Por ejemplo: ayer, entre los futbolista­s de San Martín de San Juan le hicieron nueve faltas, las mismas que hizo todo Newell’s en su visita a Patronato, una más de las que generó Racing (8) vs. Godoy Cruz; tres más de las que cometió todo Lanús (6) en Santa Fe, una menos que las que realizó Unión (10) ante Banfield. Ayer, Centurión volvió a ser titular y fue la figura de un equipo de los Mellizos que necesitaba reaccionar tras la sorpresiva derrota del fin de semana pasado ante Talleres. Encaró, gambeteó, generó infraccion­es (las últimas, necesarias para que Boca frenara el envión local tras el descuento de Dening) que hicieron amonestar a rivales; y también anotó con un zurdazo el 2-0 parcial.

No es un jugador que participe mucho de la estructura colectiva desde la posesión, no pasan muchas pelotas por él durante un partido. Sí, las más importante­s. Según las estadístic­as de opta, en San Juan dio apenas 18 pases, aunque también colaboró recuperand­o siete pelotas (3 de ellas manteniend­o la posesión) y remató cuatro veces. Pero es el jugador que hace indescifra­ble el esquema táctico de Boca. Porque por momentos es 4-3-3, con Centurión como wing izquierdo, pero también puede ser 4-3-1-2, siendo un

falso enganche y comandando contraataq­ues, filtrándol­e pases a Benedetto (como en la situación que se perdió el 9 a los 26 minutos del segundo tiempo con el arco vacío); también puede moverse por detrás del centrodela­ntero en un 4-2-3-1. Volviendo a la virtud inicial, ante San Martín ganó 14 de los 17 mano a mano que generó incluso con marcas que se escalonaba­n del equipo de Gorosito.

Contra Talleres, si bien Junior Benítez había anotado el 1-0, la ausencia de Centurión (por lesión) se notó en un Boca que no tuvo el mismo cambio de ritmo y aceleració­n para generar peligro. Hasta aquí, el ex Racing convirtió 6 de los 40 goles que suma Boca en el campeonato, pero no sólo desequilib­ra en la red, es peligroso en el comienzo de cada avance. Por eso es tan importante para Guillermo Barros Schelotto. Por eso ya le pidió al presidente Angelici que haga uso de la opción puesta por San Pablo (US$ 6.400.000) para que, después de junio, Centurión siga siendo la bandera futbolísti­ca del Mellizo. El DT siente que es el mejor jugador que tiene en el plantel. Y cuando Centurión está encendido, se lo confirma. Como cuando ingresó ante River, en el Monumental, y en partidos como el de ayer.

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