LA NACION

Siete cambios y otro dibujo para resistir y completar el plan perfecto

Bauza buscará un punto en La Paz para esperar en calma la reanudació­n de la ruta hacia Rusia

- Cristian Grosso

Edgardo Bauza tomó un fibrón verde y sobre las hojas blancas de una pizarra dibujó el habitual esquema 4-2-3-1 con el que la Argentina iba a enfrentar a Chile. Minutos más tarde, en la extensa charla que tuvo hace un par de semanas en su visita a la

nacion, pasó de página y bosquejó el esquema que tenía en la cabeza para trepar a La Paz: 5-3-1-1. Pero hizo una aclaración: la línea de cinco sería posible sólo si Javier Mascherano no recibía la segunda amonestaci­ón contra los chilenos. Si eso ocurría, el esquema alternativ­o sería el 4-4-1-1.

Suspendido Mascherano, el envase ya estaba definido. Ayer el entrenador, en la práctica vespertina en el predio de Ezeiza, confirmó los nombres. Los mismos que la

anticipó anteayer: Romero; nacion Roncaglia, Musacchio, Funes Mori y Rojo; Enzo Pérez, Pizarro, Banega y Di María; Messi; Pratto. En total, serán siete modificaci­ones con respecto a la formación que venció 1-0 a los chilenos. Por suspension­es (Mascherano, Biglia, Otamendi e Higuaín), lesiones (Mercado y Mas) y estrategia.

La idea no tiene secretos: tomar precaucion­es, fortalecer las líneas, moverse en distancias pequeñas, cortar continuame­nte el juego y resistir. Pero, a la vez, tratar de no replegarse demasiado para no entregarle a Bolivia el remate de media distancia. Intentar llegar a los últimos 20 minutos con el marcador en cero. Las pretension­es ofensivas quedarán recortadas a pocos intérprete­s: Messi suelto, Pratto como referencia arriba y los desenganch­es por afuera que puedan aportar Di María y Enzo Pérez. Paulo Dybala, recuperado, será una opción que esperará en el banco, como Alario, Marcone, Caruzzo y Pinola, los citados en las últimas horas del medio local.

El plantel viajará esta tarde rumbo a Santa Cruz de la Sierra, donde pasará la noche y mañana, tres horas antes del encuentro en el estadio Hernando Siles, se desplazará hasta la capital boliviana. La Argentina marcha tercera en las eliminator­ias, que después de esta fecha ingresará en un largo paréntesis: volverá a jugar el 31 de agosto, en Montevideo, con Uruguay. Un empate en La Paz dejaría satisfecho a Bauza, con 4 puntos tras la doble fecha.

Si hubiese tenido a Mascherano, la ida de Bauza era copiar fielmente el plan que utilizó Alejandro Sabella, en 2013, cuando rescató un valioso empate 1-1 para seguir liderando la ruta hacia Brasil 2014. Aquella vez, el entrenador armó una línea de cinco defensores, tres volantes (Éver Banega marcó la igualdad), Messi suelto y Rodrigo Palacio como única referencia de punta.

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